Salsas blancas: recetas fáciles para acompañar tus platos
Imprescindibles en la cocina
Descubre cómo preparar salsas blancas caseras para carnes, pastas y verduras

Las salsas, sean del tipo que sea, pueden transformar cualquier plato, por muy soso que sea en su base, en toda una delicia. Entre todas las posibilidades de salsas, hoy te traigo mis imprescindibles de salsas blancas, esas que tengo guardadas en mi recetario de confianza para hacer algo más apetitoso mis platos.
Te aseguro que resultan tan variadas en sabor y textura que estoy segura de que encontrarás la ideal para ese plato que te traes entre manos. Aun así, te indico en cada una de ellas para qué platos la suelo usar yo y con qué otros pueden combinar bien.
Son muy fáciles de hacer, ¡te lo aseguro! Incluso para las que no tenéis mucha experiencia en la cocina, os recomiendo probar a hacerlas y añadirlas a vuestros platos, pueden convertir hasta una pechuga seca en un plato delicioso. ;)
Salsa blanca de kebab
¡Empiezo fuerte! Y es que no podía ser de otra manera que, con la salsa blanca más popular, ¡la salsa blanca de kebab! Tan reconocible con su sabor único, resulta de lo más sencilla de hacer en casa.

A mi me encanta prepararla para acompañar las patatas y la carne, pero queda genial incluso en ensaladas.
Bechamel clásica
La reina de las salsas blancas, perfecta para gratinados, lasañas o croquetas. Decíamos que la salsa kebab era la más popular, pero la bechamel es directamente la reina de las salsas blancas de la dieta mediterránea.
Tan cremosa y versátil, hacer bechamel puede ser un poco complicado siempre y cuando no sepas estos trucos para que espese en su punto perfecto, ni más ni menos.

Más allá de los platos más típicos que ya te he mencionado antes, la bechamel la utilizo también mucho para hacer verduras al horno como la coliflor con bechamel o para espesar rellenos como el de las berenjenas rellenas. Es todo plato que quiera una textura más cremosa, ¡bechamel!
Salsa de queso azul
Una de mis favoritas, pero no de las habituales, confieso. Me encanta su intenso sabor y lo cremosita que queda, pero la verdad es que resulta un poco grasa por lo que, mejor no abusar de ella. Eso sí, de vez en cuando no puede faltar en casa.
Te explicamos cómo hacerla en la receta de solomillo con salsa roquefort.

Sólo necesitarás tres ingredientes para que quede perfecta. Queda increíble con carnes rojas y patatas, aunque te recomiendo mucho probarla también en una ensalada de pollo.
Prepara el pan, porque esta salsa es de untar hasta la última gota. ;)
Salsa de yogur y limón
Ligera y fresca, la salsa de yogur y limón es la más sencilla y práctica al mismo tiempo. Esta sí que es mi as en la manga, para ensaladas, pescado a la plancha o recetas como el falafel, encaja genial con muchos tipos de platos. Incluso para las recetas más sencillas como la berenjena a la plancha, es de lo más versátil y socorrida.

- Ingredientes: 200 g de yogur natural, 1 diente de ajo picado, el zumo de medio limón, aceite de oliva, sal y pimienta.
Mezcla todos los ingredientes en un bol y remueve hasta obtener una textura homogénea.
Salsa Alfredo
Un clásico de la cocina italiana-americana y que me da la sensación de que, a pesar de ser conocida, tampoco es tan popular hacer la salsa Alfredo en casa. Con queso parmesano como sabor base y una textura cremosa que la hace irresistible, es una de mis aciertos seguros.

La preparo comúnmente para acompañar pasta o verdura, pero queda muy rica también con pollo y salchichas. Se dice que con gambas queda espectacular también, aunque yo todavía no lo he probado, la verdad es que suena muy bien.
Salsa alioli
Como ya irás deduciendo, me encantan las salsas de sabor intenso, por lo que no podría olvidarme de la salsa alioli.
Para mejorarla te propongo lo siguiente: en lugar de ajo crudo, prepárala con ajos asados o confitados, el sabor será mucho más profundo e intenso. Hay quien también le añade un chorrito de limón, pero esto es totalmente opcional.

El alioli es prácticamente perfecto para acompañar cualquier tipo de plato. Ya sea carne, pescado o verduras, como bocadas, patatas fritas, sándwiches… ¡Hasta le va bien a la tortilla de patata!
Salsa blanca de champiñones
De sabor intenso y con textura, la salsa de champiñones es una de las grandes protagonistas durante el otoño. Combina genial con carnes blancas, filetes de ternera, arroz blanco, pasta… Lo único, si a como a mi no te convence mucho la textura del champiñón, triturada, con una textura más fina ¡queda riquísima!

Te recomiendo jugar con la textura, preparándola más o menos espesa, según el plato que vayas a acompañar con ella. Con pasta, por ejemplo, queda muy bien cremosa, pero con carne, mejor que sea algo más ligera.
Salsa tártara blanca
Para esta salsa te tienen que gustar los encurtidos, ya te adelanto. De origen francés, la salsa tártara se prepara con pepinillos y alcaparras, por lo que ya te imaginarás que su sabor es bastante característico.

Resultando algo más fresca, esta salsa queda especialmente bien con pescado. Tienes que probarla con el pescado frito, como los palitos de pescado, o al horno.
Bechamel saludable y ligera de coliflor
Esta estoy segura de que te sorprenderá y se convertirá en una de tus favoritas.
Se trata de una versión saludable y sin mantequilla de la bechamel. Tampoco lleva nata. Su cremosidad la conseguimos triturando la coliflor y te aseguro, de verdad, que queda espectacular. Con un sabor muy agradable que hasta los menos receptivos a esta verdura gustará.

La bechamel de coliflor la uso mucho como sustituto directo de la bechamel en canelones o lasañas de verduras, pero con pasta, por ejemplo, queda también muy rica.