Salsas básicas que no pueden faltar en tu cocina
Recetas fáciles
Aprende a preparar las salsas más básicas para dar sabor a cualquier plato

La cocina sin salsas sería el equivalente a una película sin banda sonora, ¡le faltaría alma y personalidad! Las salsas son ese toque que transforma un plato sencillo en algo inolvidable, una receta sin sabor en toda una delicia y hasta la pechuga más seca, ¡en el plato más sabroso! Por eso consideramos tan importante y hasta imprescindible el conocer las salsas más básicas y saber hacerlas en casa.
Lejos de lo que pueda parecer, la mayoría de las salsas que disfrutamos fuera de casa o, incluso, compramos ya hechas en el supermercado son muy fáciles de hacer en casa. Además, suelen hacerse con ingredientes básicos y en muy poco tiempo.
Te dejamos con la guía definitiva de las salsas básicas que debes saber hacer para hacer que tus platos sepan mucho mejor todavía (sin caer en salsas comerciales llenas de conservantes y otros aditivos poco saludables).
Salsa bechamel: la reina de las salsas básicas
La bechamel es de las más versátiles y, en cuanto la domines, de las que más utilices en muchos de tus platos más elaborados. La podrás usar para gratinados, lasañas, canelones y croquetas, pero también con verduras al horno o en el relleno de las berenjenas con carne.

Si se te resiste la textura de la bechamel, no te preocupes, te dejamos por aquí los mejores trucos para que la bechamel espese y así te quede perfecta siempre.
Salsa de tomate casera
Esencial para pasta, pizzas, el arroz blanco y hasta para dar sabor a guisos. Saber hacer salsa de tomate casero dará mucho sabor a tus platos de manera más natural y saludable que comprado en el supermercado. Sin conservantes, aditivos ni el azúcar que se esconde en este tipo de productos. Solo necesitarás: tomates maduros, aceite y sal.
Si quieres una versión exprés, siempre puedes mezclar un tomate frito de calidad y personalizarlo con albahaca fresca y orégano. De hecho, lo de las especias te lo recomendamos hacer también en tu versión 100% si sabes que vas a utilizarla con pasta o carne picada, por ejemplo.
Y recuerda, para quitar la acidez al tomate frito existen alternativas naturales y mucho más saludables que el azúcar.
Salsa velouté (la prima elegante de la bechamel)
La salsa velouté es muy similar a la bechamel, pero en lugar de leche se utiliza un caldo (de pollo, pescado o verduras) para hacerla. Esto hace que resulte más ligera en cuanto a textura, al mismo tiempo que su sabor resulta más intenso. Es perfecta para acompañar carnes, pescados y arroces.

De momento en Cocinatis no hemos preparado esta salsa. No obstante, quién mejor para enseñarnos a hacer una de las salsas madre de la cocina francesa como un chef profesional ¡que el mismísimo Karlos Arguiñano! Te dejamos por aquí su receta de salsa velouté.
Salsa mayonesa
La mayonesa es una de las salsas básicas frías que todas tenemos en casa. Normalmente la compramos ya hecha, pero como con las anteriores, hacerla en casa compensa mucho y es que, además, ¡es de lo más sencillo!
Ideal, ya sabes, para ensaladas, bocadillos o como base para otras salsas como el alioli o la tártara. También es muy práctica para acompañar pescado o las patatas fritas.
Si quieres un sabor más intenso y un toque más fuerte, prueba a hacer tu mayonesa casera con aceite de oliva virgen extra en lugar del de girasol.
Salsa alioli
Si te encanta el ajo como a nosotras, no hay nada mejor que un alioli casero.

El alioli tradicional se hace sólo con ajo y aceite, aunque hoy en día la mayoría de las versiones incluyen huevo (como la mayonesa) para que resulte mucho más fácil y rápido emulsionarla.
El alioli nos encanta decir que va perfecta con cualquier tipo de plato (sí, somos de esas), aunque es verdad que especialmente combina muy bien con patatas, carnes a la brasa y pescados.
Salsa pesto
De la cocina italiana, la salsa pesto es el ejemplo perfecto de cómo una serie de ingredientes sencillos bien combinados pueden darnos una de las mejores salsas.

Tal vez no sea tan común como la mayonesa o la bechamel en nuestra cocina, pero ya te aseguramos que la salsa pesto es mucho más versátil de lo que parece y el toque intenso que aporta a los platos es casi adictivo. Es ideal para pasta, como aliño para ensaladas o para acompañar pescados.
Si no tienes piñones, las nueces son un sustituto perfecto.
Salsa blanca de yogur o salsa blanca de kebab
Muy popular en platos de estilo oriental y kebabs, esta salsa es fresca y ligera para añadir a nuestras ensaladas, carnes a la plancha, patatas o para disfrutar como dip con crudités.
Con ingredientes sencillos y tan solo 5 minutos, se trata una opción saludable para quienes buscan alternativas a las salsas más calóricas.
Salsa vinagreta (el aliño más básico y eficaz)
Entre las salsas más básicas que consideramos que todo el mundo debe dominar, no puede faltar un aliño para las ensaladas, pero también para las verduras asadas o pescados al horno.
Aceite, vinagre, sal y listo, aunque puede transformarse fácilmente según para que receta con un poco de mostaza, miel o hierbas frescas.
Lo mejor es que puedes hacerla directamente en un frasco con tapa, agitándolo bien. Guárdala en la nevera y así la tendrás lista para usar cuando la necesites.
Salsa carbonara original (sin nata)
Aunque normalmente en España la preparamos con nata, cada vez que ven nuestra versión, los italianos se llevan las manos a la cabeza. Y es que, la auténtica carbonara italiana, la tradicional, se hace con yema de huevo, queso pecorino o parmesano, panceta o guanciale y pimienta negra, nada más. Lo de la nata lo ven como una barbaridad, el equivalente del chorizo en una paella valenciana se podría decir.

La salsa carbonara es cremosa, intensa y muy rápida de preparar. Es una de las salsas que todos deberíamos dominar y no sólo por lucirnos con un plato de pasta, ¡sino porque está deliciosa!
Salsa tártara, ideal para pescados y fritos
Si estas cansada de la mayonesa para acompañar el pescado a la plancha y te apetece alguna salsa con más sabor, atenta a la salsa tártara que nos traen los franceses.

La base es mayonesa, sí, pero a ésta se le añaden otros ingredientes de mucho sabor como: pepinillos, alcaparras, cebolla y perejil picado. El resultado es fresco, con un punto ácido que combina especialmente bien con los platos de pescado rebozado o frito. Aunque también es una gran compañera de mariscos o verduras al vapor.
Salsa española o demi-glace
De color oscuro y sabor intenso, esta salsa española se prepara con un buen fondo de carne, verduras y una roux (harina y mantequilla). Aunque su nombre demi-glace no te suene, seguro que la has probado, ya que se trata de la salsa base de muchos platos de estofados, asados y guisos de carne.
Su elaboración es larga, pero con paciencia se puede preparar en casa.
Ingredientes básicos:
- 2 cucharadas de mantequilla
- 2 cucharadas de harina
- 1 litro de caldo de carne concentrado
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 1 rama de apio
- 2 cucharadas de tomate concentrado
- 1 hoja de laurel
- Pimienta negra al gusto
Receta de salsa española o demi-glace:
- Haz un roux derritiendo la mantequilla y dorando la harina hasta que tome un color tostado. Removiendo continuamente para que no se queme.
- Añade poco a poco el caldo caliente, removiendo para evitar grumos.
- En otra sarté, sofríe la cebolla, la zanahoria y el apio picados. Incorpóralos junto con el tomate concentrado y el laurel.
- Cocina a fuego lento durante una hora, retirando la espuma y reduciendo hasta obtener una salsa espesa, brillante y oscura.
- Cuela, ajusta de sal y pimienta ¡y listo!
El resultado es una salsa intensa, de sabor concentrado, perfecta para elevar platos de carnes asadas, guisos o estofados. Ya vez que, más que complicado, se trata de una salsa que requiere su tiempo.