11 tipos de cebolla y sus usos en la cocina: ¡Recetas más sabrosas!
Clases de cebollas

Todo buen plato comienza con un sofrito de cebolla y ajo; así como una hamburguesa o bocata mejora (en nuestra opinión) con el toque de la cebolla caramelizada o muchas ensaladas no serían lo mismo sin el toque crujiente de la cebolla cruda.
Hay cebollas que se adaptan mejor a ser cocinadas y las hay que lucen más en crudo. Por eso es tan importante conocer y distinguir los distintos tipos de cebolla para conseguir siempre el mejor resultado y sabor en nuestros platos. Para crudo o para guiso, ¡elige siempre la mejor variedad!
¿Cuántos tipos de cebolla hay?
Para todos los gustos y todos los tipos de platos. Descubre qué tipo de cebolla se adapta mejor a cada tipo de preparación según su textura y sabor.
¡Toma buena nota de estos 11 tipos de cebolla y cómo cocinarlas para disfrutar de su mejor versión!
Cebolla amarilla

La cebolla amarilla es la más común y utilizada. También resulta la más económica.
Su piel gruesa la hace muy resistente y nos permite almacenarla durante semanas en perfecto estado. Se caracteriza, de hecho, por su piel de color marrón anaranjado y una pulpa blanca.
Es un tipo de cebolla que nos sirve para prácticamente cualquier elaboración, menos para comer cruda, ya que su sabor resulta demasiado intenso y ligeramente picante.
Se adapta genial a fritos, salteado e incluso asados. No obstante, queda especialmente bien en guisos, sopas y salsas. Al tener más azúcar es una de las mejores variedades para hacer cebolla caramelizada.
Cebolla blanca

La temporada natural de esta cebolla es en primavera, por lo que será la mejor época para consumirla.
Se caracteriza por una piel fina, por lo que su tiempo de almacenaje no será demasiado largo. Es más, se recomienda utilizar a los pocos días de haberla comprado.
Su pulpa ciertamente similar a la amarilla. Sin embargo, su sabor resulta más suave y su textura ligeramente más crujiente. Esto la hace una cebolla ideal para comer en crudo, freírla o incluirla en salteados al estilo wok donde destacan los cortos tiempos de cocinado. Es, de hecho, la cebolla que se utiliza para hacer los famosos aros de cebolla.
Se cocina en muy poco tiempo, por lo que es un ingrediente ideal también para incluir en pizzas o recetas al horno como la escalivada.
Cebolla dulce

Parecida a la cebolla amarilla, su forma es ligeramente distinta al resultar más achatada. Sin embargo, su piel es tan similar, que lo mejor y más común es diferenciarla por la etiqueta, donde siempre viene señalizada por su tipo.
Su menor contenido de azufre hace que resulte más suave en crudo, pero más dulce al cocinarlas, que las cebollas amarillas, blancas o moradas.
Quedan especialmente bien fritas, pochadas o sofritas. A nosotras nos encanta el toque dulce que le da a recetas que combinan muchos sabores como el pisto manchego, por ejemplo, aunque resulta genial como la cebolla blanca para hacer aros de cebolla o cebolla caramelizada.
Cebolla roja o morada

Con un nombre ciertamente descriptivo, este tipo de cebolla luce un color morado que se convierte en su principal seña de identidad. Y no sólo por fuera, sino que, por dentro, entre los aros se distingue por una fina piel del mismo color.
Es original de Italia y su temporada natural es el verano. Es muy valorada en la cocina por su textura crujiente y su sabor dulce, pero ligeramente picante. Es de las mejores cebollas para comer en crudo.
Es muy típico su uso en ensaladas, guacamoles, hamburguesas, ceviches y encurtidos. Se utiliza mucho para añadir color a los platos, aunque suele desteñir, así que cuidado si estás pensando incluir en algún guiso. En la receta de cebolla encurtida puedes ver cómo destiñe.
Cebolleta

Reconocemos las cebolletas por su color blanco y su tallo verde y tierno, que también podemos incluir en nuestros platos para un sabor más intenso y un toque extra de color. Su temporada natural comienza a finales del invierno y se alarga durante toda la primavera.
Su sabor resulta más suave que la de la cebolla común, por lo que son ideales para sofritos y asados, pero también para disfrutar en crudo. Así es que las incluimos, por ejemplo, en el salmón papillote al horno y en el tartar de tomate.
A diferencia de las cebollas comunes, la cebolleta la guardamos en la nevera para una mejor y más larga conservación.
Cebolla tierna

Aunque suele confundirse con la cebolleta por su forma y tallo, no son lo mismo. La cebolla tierna se entiende como una cebolla blanca o amarilla recolectada a mitad de su fase de desarrollo, con el tallo verde incluido.
Resulta la más fresca de todas conteniendo notablemente mayor cantidad de agua. Por lo tanto, su sabor es más suave y mucho menos intenso. Esto las hace especialmente comunes en platos crudos como ensaladas, aunque también se puede utilizar cocinada en platos como salsas o sofritos.
Al fin y al cabo, su uso se concentra en recetas donde se busca que la cebolla no resulte demasiado intensa o protagonista. Como ejemplo, el tartar de fuet en la que la agregamos cruda o los filetes de ternera en salsa donde la sofreímos.
Calçots

La famosa cebolla catalana. Sólo están disponibles durante una temporada al año, desde noviembre a abril, y su manera de comerlos es tan característica como su forma.
Los caçots son fácilmente reconocibles por su forma alargada, pero lejos de ser una variedad totalmente diferente, se tratan en realidad de las cebollas tiernas procedentes de cualquier tipo de cebolla. Sin embargo, si es verdad que, tradicionalmente, los calçots provienen de la cebolla blanca.
Su forma alargada no es natural, sino que es provocada calzándolas en la tierra y es, precisamente de ahí, de calzar en catalán, calçar, de donde toman el nombre.
Originalmente se cocinan al fuego, en leña, aunque también se pueden hacer los calçots al horno. Para disfrutar de ellos, se les retira la piel torrada y, sin cortarlos o trocearlos, se untan en la salsa de calçots y con la cabeza inclinada hacia arriba, se introducen directamente en la boca. ¡No se admiten cubiertos!
Chalota

Las chalotas son pequeños bulbos de forma alargada que bien pueden distinguirse de un color blanco como morado. Tal vez te suenen menos, ya que son más populares en la cocina francesa.
Dentro de sus variedades, las podemos disfrutar durante todo el año, no obstante, su temporada principal va desde abril a julio.
Su sabor es suave y resultan muy aromáticas, aunque también destacan por su toque dulce y picante a la vez. De hecho, son una clase de híbrido entre la cebolla y el ajo.
Son típicas en guisos y salsas, pero también se pueden ver en ensaladas, en vinagreta o asadas. Lo más común, aun así, es que se sirvan como guarnición como lo hacemos en la receta de secreto ibérico con patatas y chalotas.
Cebollita francesa o cipollini

Coloquialmente las conocemos como cebollitas francesas, aunque su origen, curiosamente, es italiano (cipolla es cebolla en italiano). En España no son comunes, al punto de que no las solemos encontrar en los supermercados y son consideramos un ingrediente gourmet.
Se caracterizan por un tamaño pequeño y forma chata. Su piel va desde un tono dorado a rojizo. Es conjunto pueden recordar a las chalotas. Su sabor es suave y se caramelizan genial, lo que, junto con su reducido tamaño, las hace ideales para asarlas enteras y servirlas como guarnición. De hecho, es común disfrutarlas de un solo bocado, de manera que se aprecian todos sus jugos y toques dulces.
Cebolla china

Se trata realmente de una variedad de cebolleta y su cultivo, a pesar de su nombre, se extiende en todo alrededor del mundo.
Su forma pequeña, alargada y fina es de lo más característica. Así como su sabor resulta más dulce y delicado que el de las cebollas comunes. De hecho, es igual que una cebolleta en miniatura, tallo verde incluido. Se recomienda comer su parte blanca y tres o cuatro centímetros del tallo verde desde su nacimiento, el resto es mejor desecharlo.
Se puede utilizar tanto en la decoración de platos, como usarlo en sustitución de la cebolla en algunos platos. Es un clásico en la comida japonesa siendo parte de recetas como la sopa miso o el takoyaki y en culturas completamente diferentes, como la peruana en su plato de arroz chaufa.
Cebollino

Aunque no lo parezca, el cebollino también es una variedad de la cebolla. Se vende y utiliza como hierba aromática dada sus hojas tiernas y su falta de carne (son huecas por dentro).
Es mucho más común de la cocina francesa y es más bien aprovechado tanto su sabor suave y textura crujiente, así como su color, para decorar los platos. Su poca consistencia, de hecho, no la hace apetecible para comer solos o incluir en recetas como otro tipo de cebollas más carnosas. Nosotras, por ejemplo, para que veas su versatilidad, lo agregamos sobre el besugo al horno.