Cómo espesar una salsa: 7 trucos infalibles para lograr la textura perfecta

Trucos de cocina

Aprende a arreglar salsas demasiado líquidas con ingredientes que ya tienes en casa

Cómo espesar una salsa
Cómo espesar una salsa | Cocinatis

Es de lo más sencillo que una salsa quede demasiado líquida, pero es todavía más sencillo el espesarla para conseguir esa textura cremosa y tan sabrosa que mejora cualquier receta. Y es que no se trata de sólo la densidad, el sabor también se intensifica si la hacemos bien, con cuerpo y consistencia.

Ya sea una salsa de tomate, el jugo de la carne o una bechamel rebelde, ¡existen métodos rápidos y caseros para rescatar todas ellas! Desde los clásicos espesantes como la harina o la maicena, hasta trucos más naturales como reducirla a fuego lento o añadir verduras trituradas.

Te cuento cómo espesar cualquier tipo de salsa sin que pierda sabor ni textura, con opciones para cocina tradicional, saludable o sin gluten. ¡Vamos al lío!

Entendiendo por qué una salsa queda líquida para poder corregirla

Antes de conocer las soluciones, siempre conviene saber por qué, en este caso, una salsa puede quedar demasiado líquida.

Puede darse por varias razones. A veces no se ha evaporado suficiente agua, otras no se ha ligado bien la grasa u otras, simplemente, nos ha faltado un poco de paciencia durante la cocción. También influye el tipo de base que utilicemos, ya que las salsas de tomate, vino o fondo de carne, por ejemplo, tienden a necesitar más reducción para conseguir una consistencia adecuada.

Saber el por qué parece perder el tiempo, pero realmente te ayudará a elegir mejor el método correcto para espesarla sin pasarte e, importante, sin arruinar su sabor.

Espesar la salsa reduciéndola a fuego lento

El método más natural y el que respeta mejor el sabor original de la salsa en cuestión. Sólo necesitarás tiempo y fuego.

Reducir la salsa amatriciana
Reducir la salsa amatriciana | Sonia Mas
  1. Lleva la salsa a ebullición suave.
  2. Baja el fuego y deja que se cocine sin tapar, removiendo de vez en cuando para asegurarte de que no se queme.
  3. A medida que el líquido se evapora, la salsa se irá espesando y concentrando su sabor.

Este método funciona especialmente bien con salsas de vino, tomate o fondos de carne. Lo mejor es que mejora el sabor de forma natural sin añadir nada más.

Espesar con maicena o almidón de maíz

Rápido, limpio y sin alterar el gusto. Agregar maicena a una salsa demasiado líquida es el clásico truco de cocina casera y profesional.

Disolver la maicena en caldo
Disolver la maicena en caldo | Cocinatis
  1. Diluye una cucharadita de maicena en un poco de agua fría (o caldo).
  2. Añádela poco a poco a la salsa caliente, removiendo sin parar.
  3. Cocina unos minutos hasta que espese ¡y listo!

Es importante no echar la maicena directamente sobre la salsa y hacerlo como te explico, diluyéndola en un poco de agua previamente para evitar que se formen grumos.

Este método es ideal para salsas dulces, orientales o jugos de carne.

Espesar con harina o roux

El roux es una mezcla clásica de harina y mantequilla (o grasa) que sirve de base para bechameles, veloutés y salsas espesas. Seguramente la hayas preparado un montón de veces sin saber que esa técnica tenía siquiera nombre. ;)

Roux para espesar una salsa
Roux para espesar una salsa | Cocinatis
  1. Derrite mantequilla (o aceite) en una sartén.
  2. Añade harina y cocina unos minutos removiendo constantemente para que no se queme, hasta que adquiera un tono dorado.
  3. Incorpora poco a poco tu salsa líquida mientras bates.

El resultado con el roux suele ser el de una textura aterciopelada y estable (como la bechamel), perfecta para salsas de carnes, guisos o gratinados.

Espesar con verduras o legumbres trituradas

Si prefieres espesar una salsa sin maicena, harina o derivados, una opción más saludable y natural es utilizar verduras o legumbres trituradas.

Triturar verduras para espesar una salsa
Triturar verduras para espesar una salsa | Cocinatis

Tan sencillo como triturar las verduras cocidas (zanahoria, calabacín, cebolla o calabaza) y añadirlas a la salsa. También puedes usar lentejas o garbanzos cocidos para lograr más cuerpo y cremosidad en tu receta.

En casos concretos, este método es uno de mis favoritos, porque, además de espesar, también aporta sabor y las hace mucho más ricas nutricionalmente hablando. Es ideal especialmente para salsas vegetales o cremas.

Espesar con pan rallado o miga de pan

Un clásico que mil veces le he visto a hacer a mi abuela y la verdad que resulta de lo más eficaz a la hora de espesar salsas caseras.

Pan empapado en leche
Pan empapado en leche | Cocinatis

Añade poco a poco pan rallado o miga de pan desmenuzada a la salsa caliente, removiendo hasta lograr la textura que gustes. Si usas pan duro, remójalo en leche o caldo, verás que la textura de la salsa, de este modo, queda mucho más suave y homogénea.

Funciona genial a la hora de espesar salsas de guiso, albóndigas, sofritos o estofados. El pan absorbe el exceso de líquido sin alterar demasiado el sabor, aportando el cuerpo que buscamos y, además, con ese toque casero de la cocina de toda la vida que tanto nos gusta.

Espesar con yema de huevo o nata

No es el más popular en nuestra cocina, pero funciona de maravilla también. Este método, eso sí, encaja mejor con salsas cremosas y delicadas, como las que acompañan el pescado o la pasta.

Salsa carbonara
Salsa carbonara | Cocinatis

Para aplicar este truco, bate una yema con un poco de nata o leche, añádele poco a poco (lentamente) parte de la salsa caliente (para templarla) y, luego, incorpora la salsa restante hasta agregarla toda. Cocina a fuego muy bajo para evitar que el huevo cuaje, sin dejar que hierva o se cortará.

Esta técnica algo más complicada (pero no mucho) por lo que puedes ver, es ideal para pasta, pescados blancos, pollo o verduras al vapor. Para que te hagas una idea, serían salsas como la salsa carbonara tradicional, la salsa holandesa o salsa de champiñones con nata.

Espesar con queso rallado o crema de frutos secos

Si buscas una textura algo más gourmet, elegante y, además, con un sabor extra, prueba con ingredientes que aporten densidad y cremosidad como el queso o los frutos secos.

Albóndigas con salsa de almendras
Albóndigas con salsa de almendras | Sofía de la Torre
  • Queso rallado: Encaja muy bien en salsas de pasta o gratinados. Añádelo poco a poco, fundiéndolo con el calor de la salsa, hasta lograr la consistencia adecuada.
  • Mantequilla de almendra o de cacahuete: Aportan cuerpo, pero también un sabor único que encajan muy bien en salsas orientales o agridulces.

El queso se funde en la salsa y la espesa al instante (aunque al enfriar se acentúa), mientras que las cremas de frutos secos aportan textura y profundidad. Ambos ingredientes son muy buenas opciones para salsas de pasta, gratinados, carnes blancas o platos orientales.

¡No te limites y prueba diferentes recetas! Al experimentar podemos descubrir que, al combinar, por ejemplo, una salsa de tomate con un toque de parmesano o una de soja con crema de cacahuete conseguimos unos sabores increíbles.

Consejos generales para que la salsa quede perfecta en cualquiera de los casos

Elije en método que mejor encaje en el tipo de salsa que estas preparando, así como el que más te guste. Sea cual sea la técnica, no te olvides de los siguientes puntos:

  • Añade el espesante poco a poco y prueba la textura antes de seguir.
  • Si te pasas y ahora tienes una salsa demasiado espesa, siempre puedes aligerarla con un poco de caldo o leche.
  • Usa varillas o un batidor para evitar grumos.
  • Deja reposar unos minutos antes de servir la salsa y ten siempre presente que las salsas espesan aún más al enfriarse.
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