Cómo intensificar el sabor de cualquier sopa con un solo ingrediente
Trucos de la abuela
Un truco sencillo e infalible para potenciar el sabor sin pastillas de caldo
Una buena sopa es el plato perfecto para esos días de frío que solo apetece algo calentito y con sabor a casa, a las comidas que nos preparaba nuestra abuela cuando éramos pequeñas. Se supone que es una de las recetas más sencillas de hacer, pero ¿cómo es, realmente, de sencillo que quede sosa, aguada y hasta sin vida?
Seguro que te ha pasado como a mi alguna vez, el seguir la receta al pie de la letra, usar verduras frescas, un buen caldo, incluso especias para potenciar su sabor y que, aun así, quede sosa e insulsa. ¿Qué está fallando? Seguramente le falta un ingrediente clave en la elaboración del fondo.
Existen varias alternativas, pero en este caso te traigo un truco poco conocido y que da de los mejores resultados en mi opinión. Un único ingrediente que hace que cualquier sopa, sea del tipo que sea, quede muchísimo más sabrosa.
El ingrediente mágico: pasta de tomate (concentrado de tomate)
No es una especia rara ni algo difícil de encontrar, sino que para potenciar el sabor de nuestras sopas no necesitaremos más pasta de tomate o tomate concentrado. Resulta el mejor aliado para intensificar el sabor de cualquier sopa, crema o guiso, realmente.
¡Importante! No lo confundas con tomate frito ni con salsa de tomate, hablamos del tomate concentrado en tubo o lata.
¿Por qué funciona?
Respaldado por la ciencia culinaria y con una explicación algo más técnica, debes sabor que la pasta de tomate concentrada es rica en glutamatos, unos compuestos que nuestro paladar percibe como sabor umami. Al calentarla ligeramente, además de liberar aromas, también consigue potenciar la percepción de los demás sabores que componen nuestra sopa o receta.
De manera resumida, esto significa que incluso verduras sencillas o legumbres cocidas consiguen un sabor más complejo y redondo al agregar este ingrediente a la receta. Por lo que ves, es un truco de lo más útil en cuanto a las sopas, pero también muchas preparaciones más. ;)
De hecho, potencia el sabor de verduras, carnes, pollo y legumbres sin cambiar demasiado el resultado final. Te lo explicamos un poco más abajo, pero te adelantamos que también agrega un ligero toque caramelizado si se tuesta antes (el auténtico truco de cocina profesional: el contraste).
No es magia ni truco barato: ¡es ciencia culinaria aplicada a la cocina de casa! Probada por profesionales y recomendada por expertos como McGee, Nosrat y Serious Eats.
Para hacerlo más efectivo todavía si cabe, siempre puedes combinarla con otros potenciadores naturales como cebolla (a mí me gusta pocharla bien para que tenga más sabor), ajo o un toque de salsa de soja, pero no es necesario. El efecto base que se consigue con la pasta de tomate ya es irresistible, te lo aseguro.
¿No sabe demasiado a tomate?
No si lo usas bien. Obviamente, en la cantidad está la clave y es que, el truco no es tomatizar la sopa, sino darle profundidad, como hacen muchas cocinas tradicionales del mundo (italiana, española, turca, libanesa…). Al tostarlo, el sabor se integra y se vuelve discreto, de manera que refuerza el sabor general, se podría decir, pero sin dominarlo o eclipsarlo.
El truco que usan los chefs: tostar antes la pasta de tomate
El secreto no está solo en añadir tomate concentrado, sino que también lo está en tostarlo unos segundos antes de mezclarlo con la sopa. Al calentarlo es cuando se produce, lo que conocemos como, la reacción de Maillard: caramelización suave, notas intensas de sabor y ¡magia pura!
- En una olla, calienta una cucharada de aceite de oliva o mantequilla.
- Añade una cucharada de pasta de tomate.
- Cocínala 1-2 minutos a fuego medio, removiendo hasta que cambie ligeramente de color.
- Ahora sí, incorpora las verduras, caldo o agua y continua con tu receta de sopa con normalidad.
¿El resultado? Una deliciosa sopa con sabor a fuego lento sin haber pasado tres horas delante de la cocina. Suena bien, ¿eh? ;)
Cómo usar la pasta de tomate según el tipo de sopa
El secreto no es solo añadirla y esperar que haga su efecto. Como ya hemos visto, hay que tostarla antes, así como tenemos que calcular cómo, cuánto y cuándo añadirla según el tipo de sopa (y otras recetas) que vayamos a preparar:
- Sopas de verduras: Una cucharada, al principio, tostada en aceite.
- Sopas de pollo: Añade tras sellar el pollo para potenciar el caldo.
- Sopas de pescado: Sólo media cucharada, al final, para no alterar el sabor.
- Legumbres: Incorporar junto al sofrito inicial para dar cuerpo y profundidad.
- Cremas y purés: Media o una cucharada antes de añadir el líquido, según la intensidad que busquemos.
Con estas indicaciones, la pasta de tomate se funde con el resto de los ingredientes, reforzando y potenciando los sabores de los distintos platos, pero sin tomatizar la sopa, haciendo que sepa demasiado a tomate.
Extra, ¡combinaciones ganadoras para más sabor!
Si quieres conseguir que quede aún más sabrosa todavía, pero sin que sepa a tomate, prueba estas mezclas:
- Pasta de tomate + salsa de soja = explosión umami
- Pasta de tomate + cebolla bien pochada = base de sopa clásica perfecta
- Pasta de tomate + ajo = aroma profundo y casero
- Pasta de tomate + vino blanco = ideal para sopas de pescado
- Pasta de tomate + miso suave = toque japonés sin invadir
- Pasta de tomate + queso parmesano = para sopas densas y cremosas (como la sopa minestrone)
Errores que debes evitar
Y entre los errores más comunes… toma buena nota que es importante no caer en ellos (te lo digo por experiencia):
- Usar tomate frito en lugar de pasta concentrada.
- No tostarlo: Pierde la mitad del sabor (cruda, aporta acidez; tostada, profundidad).
- Pasarte con la cantidad: Puede amargar (con media cucharadita o una cucharada es suficiente).
- Añadirlo al final: Salvo en casos específicos, no se integra bien.
- No ajustar la sal: Ten en cuenta que la pasta de tomate ya contiene algo de sal.