3 trucos para evitar que le salga moho al tomate frito abierto

Cómo conservar el tomate

Tomate en tarro
Tomate en tarro

¡No vuelvas a tirar el tomate abierto! Se trata de un alimento en concreto al que le crece moho muy fácilmente y en un poco tiempo una vez abierto, pero con este par de truquitos se acabó el tirarlo.

Lo ideal es planificar el menú semanal de modo que utilicemos la salsa de tomate en los días siguientes para terminarlo antes de que se deteriore, no obstante, sabemos que no siempre encaja ni es posible.

Por eso mismo os traemos tres trucos. Uno de ellos para conservar la salsa de tomate en la nevera durante más tiempo, otro para conservar el tomate natural sin que se estropee y el último para alargar su vida útil ¡durante meses!

Pero primero vamos a ver por qué sale el moho al tomate. Comprender aspectos básicos como éste, nos ayudará a tomar medidas para prevenir estos casos en el caso del tomate y otros tipos de alimentos.

¿Por qué le sale moho al tomate?

El moho es un tipo de hongo microscópico que forma en ambientes húmedos y nutritivos. En los alimentos es fácil que se reproduzcan cuando están mal almacenados y expuestos a una humedad. En alimentos húmedos de por sí, os podéis imaginar lo rápido que puede reproducirse.

La clave de su aparición está en un almacenamiento no adecuado y en la exposición durante un periodo prolongado a una humedad y temperatura determinada.

Sabed también que lo que vemos a simple vista, esas esporas de moho son solo una manifestación de dicho hongo, la punta del iceberg. Cuando salen, el alimento está ya contaminado internamente por completo.

La OCU advierte del peligro que supone descartar dicha parte mohosa del alimento para consumir el resto y apunta a las manifestaciones no visibles como el verdadero riesgo para la salud al no darles la importancia merecida.

En el caso de la salsa de tomate, se trata de uno de los mejores ecosistemas para la proliferación del moho al ser húmedo y nutritivo a la vez. En el momento que abrimos el bote o lata tanto del tomate frito, como del tomate natural triturado, estamos acortando su conservación a unos pocos días antes de que aparezcan los primeros indicios de moho y deterioro.

Trucos para conservar el tomate frito durante más tiempo

Una vez observamos que la salsa de tomate tiene moho, ya puede ser en su superficie, como en la tapa o en los bordes del tarro, debemos desecharlo. Como menciona la OCU, retirar esas partes mohosas no es una opción, ya que el resto del alimento también está contaminado aun sin ser visible.

Para alargar un poco su vida útil, aquí van un par de truquitos que harán que no vuelvas a tirar un bote de tomate frito a la basura.

Salsa de tomate natural en conserva
Salsa de tomate natural en conserva

Cómo guardar la salsa de tomate en la nevera

No podemos hacer milagros y una vez abierto el bote conservarlo durante semanas, pero si que podemos alargar un poco su conservación para que tengáis un poco más de margen a la hora de utilizarlo antes de que se eche a perder.

Utiliza siempre tarros debidamente herméticos y para proteger todavía más su superficie, puedes agregar una capa fina de aceite de oliva sobre su superficie que actuará como aislante. Unta también un poco en la tapa y borde del tarro.

Si has utilizado el tomate frito en lata, lo mejor es que lo pases a un tarro de cristal de cierre hermético. No nos interesa que esté expuesto a la humedad de la nevera de manera prolongada.

Y, por último, os recomendamos echar un vistazo a cómo organizar la nevera según la OCU. Dependiendo de las zonas de frío, el orden de los alimentos en el frigorífico, más que por comodidad, también es fundamental para su conservación.

Tomate natural

Si lo que queréis es conservar las sobras del tomate natural ¡atentas a este truco!

La opción del aceite la descartamos al ser demasiada la cantidad que necesitaríamos para cubrir los huecos entre el tomate troceado, así que pasamos al plan B.

Pon el tomate troceado, pelado o entero en un bote de cristal destapado y pasa a calentarlo en el microondas unos 20-30 segundos a máxima potencia. Saca del microondas y tapa el tarro inmediatamente, cerrándolo herméticamente.

Con esta técnica eliminamos los microorganismos presentes en la superficie del tomate y ayudamos a alargar su vida útil.

Guarda una vez pasado por el microondas, el bote de tomate bien cerrado en el frigorífico.

Congela el tomate frito

¡Para este truco nos quedamos con la técnica de Miodrag Borges! Se trata de un nutricionista y creador de contenido conocido en Instagram como @microbiotadesdecero.

Para este truco vamos a utilizar el mismo método que usamos con la salsa de ajo y perejil y para ello necesitaremos: una cubitera (o varias dependiendo de la cantidad). ;)

El objetivo de este truco, además de alargar la conservación de la salsa de tomate, también es congelarlo en raciones para que, a la hora de necesitarlo, descongelemos lo justo y no echemos a perder el resto. Recordad que, una vez descongelado un alimento, no se puede volver a congelar.

Reparte la salsa de tomate en los huecos de la cubitera. Bien lo puedes congelar directamente o, como alternativa y por lo que nos ha gustado tanto el truco del nutricionista Borges, ¡podéis personalizar su sabor para futuras preparaciones!

Con el tomate en las cubiteras, agregad las especias que más os gusten por encima. Él agrega cúrcuma, ajo en polvo y orégano, pero bien podéis añadir otras como tomillo, pimentón, albahaca u otros.

Llevad las cubiteras listas al congelador y guárdalas hasta el momento de utilizarlas en vuestras recetas.

De este modo, además de evitar el moho, también lo tendréis listo y especiado para el momento en el que lo necesitéis. Además, no hace falta que lo descongeléis con antelación, sino que son perfectos para añadir los cubitos directamente a la sartén caliente ¡y listo!

Ideales para cualquier plato que requiera tomate, desde salsas a guisos y mucho más.

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