Alternativas al aceite de oliva para cocinar según las recomendaciones de la OCU
Sustituto del aceite de oliva

El aceite de oliva es un básico en nuestra gastronomía y rutina culinaria. No obstante, existen alternativas tanto vegetales como de origen animal que, dependiendo el plato que vayamos a preparar, no solo serán un sustituto ideal, sino que además enriquecerán el resultado del plato.
Acudimos una vez más a la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) para conocer su criterio y recomendaciones y las enriquecemos con un par de consejos extra que seguro os sorprenderán.
¿Qué puedes usar en vez de aceite para cocinar?
Depende mucho de la receta que nos dispongamos a hacer, así como si se trata de una fritura, una ensalada o un postre. La materia grasa que requiere cada uno es totalmente diferente, al igual que el aporte de sabor puede varias demasiado su resultado.
¡Aquí van algunas alternativas teniendo estos factores en cuenta!
Otros aceites para cocinar en caliente
Las altas temperaturas pueden afectar a la estructura del aceite, esto lo descubríamos cuando reparamos en la importancia de conocer cómo reutilizar el aceite y cuántas veces son las correctas para que no suponga un riesgo.
Dentro de toda la variedad y tipos de aceite, distinguimos dos grupos:
- Aceites ricos en grasas poliinsaturadas: aceite de maíz, soja o girasol.
- Aceites ricos en grasas monoinsaturadas: aceite de oliva, colza o girasol alto oleico.
Los primeros, los ricos en grasas poliinsaturadas, resultan más frágiles que los segundos.
En las frituras, preparaciones donde se alcanzan mayores temperaturas, los recomendados por la OCU como alternativa al de oliva son el aceite de girasol alto oleico y el aceite de orujo.
También destacan los aceites que especifiquen ser especiales para freír, los cuales contienen antioxidantes y aditivos que los protegen de las altas temperaturas y los cambios en su estructura que puedan provocar las mismas.
El tipo de frito también influye en la elección de la grasa y la distinguen como el aceite de orujo de oliva para las verduras o patatas fritas y el aceite de girasol alto oleico para las frituras de precocinados, como pueden ser unos Nuggets o barritas de pescado.
Mantequilla o margarina
La mantequilla es tan popular en otras culturas gastronómicas, como es el aceite en la dieta mediterránea. Así es que es la principal grasa para cocinar en América y gran parte de Europa, mientras que en España, Italia, Portugal, Grecia y Albania empleamos el aceite de oliva.
La OCU recomienda el uso del aceite sobre la de la mantequilla dado a los aditivos y mayor kcal de esta última. Asimismo, se puede considerar como una alternativa al aceite de oliva interesante.
Como otros aceites vegetales, la mantequilla les da a los platos un toque de sabor de lo más agradable, aunque debemos tener en cuenta que su punto de cocción es más bajo que el del aceite.
Es importante controlar la temperatura a la hora de cocinar con mantequilla, ya que, a diferencia del aceite, no aguanta igual de bien el calor, por lo que puede quemarse y llegar a echar a perder el sabor del plato.
En la repostería, por ejemplo, en la mayoría de los casos optamos por el aceite de girasol de sabor más suave. Incluso para engrasar los moldes de los bizcochos y pasteles, el aceite es mejor opción al aguantar las altas temperaturas.

Agua
Ha alimentos que realmente no requieren de una grasa para cocinarse, sino que la agregamos nosotras por costumbre. Es así el caso de las salchichas o las hamburguesas.
En ambos casos, podemos agregar un poco de agua para que comiencen a hacer y será su propia grasa, la que irán soltando con el calor, lo que termine de freírlos sin problema.
Grasa de panceta, bacon o tocino
Cierto parecido ocurre con otros ingredientes grasos de por sí, con la diferencia que no hace ni falta agregarles agua en un principio.
En los platos que incluyan entre sus ingredientes bacon, panceta o tocino, aprovecharemos su grasa natural para freír estos y el resto de los componentes del plato. No es solo práctico, sino que además aportarán un sabor al plato irresistible.
En salsas para pastas, patatas fritas o los fondos de guisos y potajes quedan increíblemente bien aprovechando la grasa de estos ingredientes.
Para aprovechar bien esta alternativa, procura controlar bien la temperatura para que tanto el bacon, panceta o tocino suelten poco a poco su grasa natural sin quemarse. Y como truquito extra, ¡utiliza una sartén antiadherente y en buenas condiciones!
Schmaltz
El schmaltz o schmalz es la grasa procesada de pollo o ganso que suele utilizarse para hacer frituras o untar sobre pan. Su uso es más típico en el este de Europa y es, de hecho, un ingrediente característico de la gastronomía judía.
Para preparar tu propio schmaltz en casa, cubre la piel del pollo o ganso con agua y hiérvela a fuego lento. Espera a que el agua se evapore y a que la piel haya soltado toda su grasa. Entonces, ya podrás colarla y utilizarla en tus recetas.
Sirve para freír como si fuera aceite y queda especialmente sabroso en pasteles salados, recetas de albóndigas, hamburguesas y salsas.

Mermeladas y glaseados
Para hacer recetas de carnes suaves como el pollo, ya sea al horno o a la parrilla, glaseados, confituras y mermeladas dan un sorprendente buen resultado como sustitutos del aceite. Incluso salsas como el kétchup o siropes como el jarabe de arce.
Son alternativas que además aportan un toque único potenciando el sabor del plato con un contraste irresistible. Así lo veíamos cuando descubríamos el ingrediente secreto para mejorar las recetas de pollo al horno.
Alternativas al aceite de oliva en crudo
En cuanto a aquellas recetas que no se someten a una temperatura y se comen directamente en crudo, el peso de la decisión recae más en el sabor final del plato.
- Ensaladas y cremas como gazpacho: Aceite de nuez
- Para salsas y mayonesas: Aceite de girasol o aceite de soja
En general, los aceites de semillas, ricos en gasas poliinsaturadas y, por lo tanto, no soportan las altas temperaturas, son ideales para agregar a cualquier tipo de plato en crudo. Varía entre los distintos tipos de sabores y presta atención también a sus diferentes aportes nutricionales para enriquecer más todavía tus platos.
Ejemplos de aceites de semillas:
- Aceite de girasol
- Aceite de soja
- Aceite de maíz
- Aceite de calabaza
- Aceite de uva
- Aceite de colza
- Aceite de cacahuete