Croquetas de boletus, cremosas y con mucho sabor
Esta receta es para los auténticos fans de las croquetas, una delicia que aprovecha productos de temporada como los boletus. Con su sabor intenso y único, estas croquetas destacan por una bechamel cremosa y suave que se combina perfectamente con las setas.
Si no encuentras boletus frescos y prefieres usar solo deshidratados, la proporción ideal para esta cantidad de bechamel es de 25 g de boletus deshidratados. Al hidratarlos, estos 25 g de setas secas rendirán unos 250 g en total, que puedes usar en la receta para reemplazar a las frescas.
Con pocos ingredientes, pero bien aprovechados, se logra unas croquetas de boletus irresistibles que resaltan todo el sabor de los boletus en cada bocado. Ideales para los amantes de las setas y las croquetas tradicionales.
Índice de contenidos
Ingredientes
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150 gramos de boletus
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10 gramos de boletus deshidratadas
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1/2 cebolla
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50 gramos de mantequilla
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sal
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50 gramos de harina
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500 mililitros de leche
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100 gramos de pan rallado
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2 huevos
Raciones
3
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
30 m
Cocinado
15 m
Tiempo total
45 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
| Cantidad | % | |
|---|---|---|
| Energía | 430,95 kcal | 21,55% |
| Proteína | 16,12 g | 21,49% |
| Hidratos de carbono | 39,42 g | 14,33% |
| Azúcares | 11,62 g | 23,24% |
| Grasa total | 23,99 g | 30,7% |
| Grasa saturada | 8,23 g | 45,02% |
| Grasa polisaturada | 1,26 g | 11,45% |
| Grasa monosaturada | 5,66 g | 12,86% |
| Colesterol | 198,5 mg | 66,17% |
| Fibra | 2,89 g | 9,63% |
| Sal | 1,8 g | 36% |
| Sodio | 0,20 g | 0,01% |
| Calcio | 238,48 mg | 19,87% |
| Yodo | 14,35 mcg | 9,57% |
| Hierro (hombres) | 2,34 mg | 23,4% |
| Hierro (mujeres) | 2,34 mg | 13% |
Alérgenos
Leche
Gluten
Huevos
Elaboración
Comienza hidratando 10 g de boletus deshidratados en un bol con un vaso de agua hirviendo. Déjalos reposar durante media hora para que absorban el líquido.
Mientras tanto, limpia 150 g de boletus frescos. Utiliza un cepillo para eliminar la tierra adherida y, si es necesario, corta con un cuchillo la parte más sucia del tallo. Usa un trapo o papel de cocina ligeramente humedecido para finalizar la limpieza.
Una vez limpias, corta las setas en trozos pequeños. Escurre los boletus deshidratados y pícalos al mismo tamaño que los frescos, reservando el líquido de hidratación para más adelante.
Pica finamente 1/2 cebolla. Calienta una sartén grande y añade 50 g de mantequilla. Una vez derretida, añade la cebolla con una pizca de sal y sofríe a fuego medio hasta que esté dorada. Luego, incorpora los boletus troceados. Añade otra pizca de sal y cocina las setas junto con la cebolla hasta que queden secas y doradas.
Agrega 50 g de harina a la sartén y cocínala a fuego lento junto con las setas y la cebolla hasta que quede ligeramente tostada.
Incorpora, poco a poco, 500 ml de leche caliente, removiendo constantemente hasta que se absorba por completo. Cocina la bechamel a fuego lento hasta que espese, luego añade 2 cucharadas del líquido de hidratación de los boletus para intensificar el sabor.
Sigue cocinando hasta que la masa se despegue fácilmente de los bordes de la sartén.
Vierte la masa sobre una fuente y deja que se enfríe ligeramente. Cubre la masa con papel film (tocando la masa) y refrigérala durante 2-3 horas o, preferiblemente, toda la noche.
Forma las croquetas. Espolvorea una superficie con harina y divide la masa en porciones alargadas en forma de churros. Corta cada porción en trozos iguales y dales forma redondeada o alargada.
Prepara un bol con 100 g de pan rallado y otro con 2 huevos batidos. Pasa cada croqueta primero por el huevo y luego por el pan rallado, asegurándote de que queden bien cubiertas.
Fríe las croquetas en abundante aceite de oliva o girasol, a una temperatura de entre 170-180ºC. Fríe pocas croquetas a la vez para que el aceite no pierda temperatura, y si ves que se doran muy rápido, baja el fuego para permitir que se cocinen bien por dentro.
Una vez doradas, colócalas en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Sirve las croquetas de boletus calientes para disfrutar al máximo de su sabor y textura crujiente.
Paso a paso
Deja reposar los boletus deshidratados en agua hirviendo media hora. Escurre (reserva el líquido de hidratación) y pica finamente. Limpia lo boletus frescos y corta en trozos pequeños.
Funde la mantequilla en una sartén grande. Añade la cebolla picada con una pizca de sal y sofríe a fuego medio hasta dorar. Incorpora los boletus, otra pizca de sal y cocina hasta que queden secas y doradas.
Agrega la harina y cocina a fuego hasta tostar ligeramente. Vierte, poco a poco, la leche caliente, removiendo constantemente. Cocina a fuego lento hasta que espese. Añade el líquido de hidratación de los boletus. Sigue cocinando hasta que la masa se despegue fácilmente.
Pasa la masa sobre una bandeja y deja templar. Cubre con papel film (tocando la masa) y refrigérala 2-3 horas (mejor toda la noche).
Corta la masa en trozos iguales y dales forma redondeada o alargada. Pasa cada croqueta primero por huevo batido y luego por el pan rallado. Fríe en abundante aceite y retira sobre papel absorbente.
Sirve las croquetas de boletus calientes para disfrutar al máximo de su sabor y textura.
Consejos y trucos
Si no encuentras boletus frescos de temporada, no te preocupes. Puedes usar boletus deshidratados, congelados o en conserva, manteniendo así el sabor delicioso de las setas todo el año.
Aunque en esta receta usamos boletus, también funciona con cualquier otro tipo de seta. Prueba con champiñones, setas shiitake o portobello para variar sabores sin cambiar la esencia de la receta.
Es fundamental limpiar bien las setas sin usar agua, ya que las setas actúan como esponjas y, si las mojas, absorberán demasiada agua y perderán su sabor.
Usa un cepillito y, si es necesario, un cuchillo pequeño para eliminar la tierra. Después, pásales un paño húmedo o papel de cocina.
Para un sabor más intenso, puedes combinar boletus frescos con deshidratados. Aprovecha el líquido que sueltan al hidratarse para añadirlo a la bechamel y potenciar el sabor de las croquetas.
Congelación práctica: Si quieres ahorrar tiempo, puedes formar las croquetas y congelarlas antes de freírlas. Así, tendrás croquetas listas para freír en cualquier momento, solo necesitarás descongelarlas ligeramente o freírlas directamente.