14 frutas y verduras que no deberías pelar nunca

¿Qué frutas no se pelan?

¿Qué frutas se pueden comer con piel?
¿Qué frutas se pueden comer con piel?

Pelar ciertas frutas y verduras supone perder una gran cantidad de fibra, vitaminas y nutrientes. Implicando en alguno de los casos hasta el 30 o 50% de lo que nos ofrece la fruta en su total.

En algunos de los casos que os traemos a continuación estamos acostumbradas a comerlas sin pelar, pero seguro que en otros os sorprende. Tal vez tanto como descubrir los porcentajes de nutrientes que echamos a perder en una práctica tan sencilla como pelar la fruta antes de comerla.

Beneficios de no pelar ciertas frutas y verduras

Las frutas y verduras, cada una con sus nutrientes y propiedades, se caracterizan en su conjunto por ser unos alimentos ricos en grasas, proteínas o carbohidratos. Aun así, resultan más interesantes todavía por sus vitaminas y minerales.

Es en la piel donde suelen acumularse y concentrarse una mayor cantidad de fibra y otros nutrientes como la vitamina C (fundamental para crecimiento y reparación de tejidos), carotenoides (aportan alrededor del 50% de la vitamina A necesaria) o polifenoles (propiedades antioxidantes).

Frutas y verduras que se comen sin pelar

Hay frutas a las que estamos muy acostumbradas y se nos hace lo más normal del mundo comerlas sin pelar, aunque en ocasiones optemos por pelarlas como algo puntual. La manzana o la pera son buenos ejemplos de ello, pero ¿sabías que la piel del kiwi también se puede comer? ;)

Manzana

La piel de la manzana llega a aportar a la fruta pelada un 33% más de vitamina K (importante para tener huesos sanos) y un 20% más de calcio.

En la piel de esta fruta también encontramos hasta un 45% de su fibra insoluble (bueno para el aparato digestivo), así como es rica en vitamina C, vitamina A (importante para la formación y el mantenimiento de piel sana, tejidos blandos, sistema inmunitario, el crecimiento y el desarrollo) y el flavonoide quercetina (reduce el riesgo de enfermedades cardíacas).

Pera

Muy parecidas a las manzanas, estamos muy acostumbradas a comer las peras con piel, de la misma manera que alguna vez las pelamos. Pues resulta que su piel aporta el 30% de su fibra total y que, además de favorecer a la salud digestiva, también nos ayudan a regular los niveles en sangre.

Mango

Aunque gruesa, la piel del mango es comestible y, de hecho, esta repleta de nutrientes tan interesantes como ácidos grasos omega-3, carotenoides y polifenoles.

En otro idioma, nos ayuda a mantener el corazón sano, así como fortalece nuestras neuronas y favorece el sueño. También nos aporta propiedades antioxidantes.

Para hacer la piel algo más agradable, podemos ablandarla cocinándola ligeramente.

Kiwi

Aunque su aspecto no es el más apetecible, la piel del kiwi no resulta tan dura como parece y es comestible. Quítale las puntas y listo, el resto de toda la pieza es comestible.

De hecho, en este caso la piel aporta a la pulpa hasta un 50% más de fibra y una buena dosis de vitamina C.

Para reducir un poco su textura vellosa, límpiala bien bajo el grifo. Así, además de limpiarla, también suavizarás un poco su tacto.

Kiwi
Kiwi

Melocotón

Su piel es mucho más agradable que la del kiwi, aunque su textura suave aterciopelada, gracias a los pequeños pelitos que la cubren, puede no resultar demasiado atractiva. Sabiendo lo que aporta, igual cambias de opinión si eres parte de este grupo.

La piel de esta fruta es rica en antioxidantes, fibra y vitaminas, entre las cuales destaca la vitamina A.

Higos

Al igual que con otras frutas, gran parte de la fibra y nutrientes de los higos se concentran en su piel. Se trata de una fruta muy común de ver secos para comerlos con piel y todo, pero los higos frescos, sabemos que pueden despertar dudas.

Naranjas

La piel de las naranjas destaca por ser una gran fuente de vitamina C, así como contiene también vitamina B6, calcio, potasio, magnesio y riboflavina.

Por motivos obvios, no nos la comemos como una manzana a mordiscos directamente con piel y todo, sino que la piel de la naranja se puede aprovechar a en otras recetas.

Ya sea rallada para agregar al yogur, a aliños de ensaladas, a postres o a recetas saladas como el pollo a la naranja o en tiras como la preparamos en esta mermelada de naranja.

Es importarte que, al rallarla, evites agregar la parte blanca que sigue a la corteza exterior, ya que resulta demasiado amarga y estropeará el sabor de cualquier plato.

Berenjenas

Asadas al horno, fritas o en la freidora de aire, la berenjena es ideal para comerla sin pelar. De hecho, en la receta de berenjenas rellenas utilizamos su piel para recoger los ingredientes del relleno y comer todo en conjunto.

La piel de esta hortaliza es rica en fibra insoluble que nos ayudará al buen funcionamiento de nuestro sistema intestinal.

Calabacines

Al igual que con las berenjenas, los calabacines asados, fritos, a la plancha o en airfryer son ideales para comer con piel incluida. De hecho, queda mucho más blanda y tierna que el de las berenjenas.

Además de fibra, también nos nutrientes como potasio, vitamina C y A.

Calabaza

Dentro de la variedad de tipos de calabaza que existen, sus pieles son comestibles. Sean más gruesas, finas, lisas o rugosas, la piel de la calabaza se puede comer. Obviamente, algunas resultan más atractivas que otras.

Una solución para las calabazas de cáscara más dura es asarlas. De esta manera quedarán mucho más blandas y agradables al paladar.

Tipos de calabaza
Tipos de calabaza

Patatas

Bien lavadas previamente, las patatas se pueden comer perfectamente con la piel incluida, sin pelar. Un buen ejemplo de ello son las clásicas papas arrugadas de Canarias.

En caso de las patatas cocidas o asadas, gran parte de su vitamina C se concentra, precisamente, en la piel. También crece notablemente su contenido de potasio, folato, magnesio y fósforo. Es más, entre el 30-40% de su fibra se encuentra en la piel.

¿Qué es la solanina en las patatas?

Hemos leído algunos comentarios con preocupación sobre la solanina en las patatas cuando hablamos de comerlas sin piel. Pues bien, la solanina es una sustancia natural presente en las patatas que cuando se concentra favorece la aparición de manchas verdes o brotes en éstas. En grandes cantidades puede ser tóxica, en ¿Es peligroso comer patatas que tienen brotes? Os explicamos más sobre ello.

Zanahoria

Os traemos la zanahoria como ejemplo, pero su caso bien se puede aplicar a otros tubérculos del estilo, como son la remolacha, el rábano o el jengibre.

Es sus pieles se concentran cantidades interesantes de vitamina C, riboflavina, hierro y zinc. En el caso concreto de las zanahorias, además, destacamos que su contenido de retinol, betacarotenos y toda la variedad de sus vitaminas se concentran desde fuera hacia dentro.

Es decir, encontramos una mayor cantidad en la piel, mientras que se acerca al centro, al corazón, van disminuyendo.

Lávalas bien y con esmero, puedes ayudarte de un cepillo para alimentos, para retirar la suciedad de entre sus rugosidades. Una vez lavadas, bien puedes comerlas crudas o cocinadas.

Pepino

Es una costumbre muy popular pelar el pepino. No obstante, en esta costumbre también perdemos una gran cantidad de fibra gelificante, vitaminas, flavonoides y otros nutrientes.

Su sabor no es para nada desagradable y la textura no resulta muy diferente. Solo hay que lavarlos bien ¡y listo!

¿Y los pesticidas que se quedan en la piel?

Siempre es mejor optar por comprar fruta y verdura orgánica y ecológica, pero como no siempre existe la opción o capacidad económica, las lavamos bien con agua, un cepillo para alimentos y, en caso de una limpieza más exhaustiva, las introducimos 15 minutos a remojo con agua y vinagre.

Os dejamos por aquí el ejemplo de cómo limpiar las fresas para que os podáis guiar con las proporciones de la solución de agua y vinagre.

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