Diferencia entre langosta y bogavante
Curiosidades
Descubre cómo distinguir estos mariscos y sus características clave

Cuando hablamos de mariscos, langosta y bogavante suelen generar confusión incluso entre las aficionadas de la cocina. Dos de los crustáceos más valorados en la alta cocina y que popularmente hasta se han llegado a entender como lo mismo, sin serlo. Saber distinguirlos es clave, ya que sus diferencias afectan tanto a su sabor y textura, como su precio.
Saber diferenciarlos te ayudará a elegir mejor en el mercado o a la hora de pedir en el restaurante, pero, si vas a prepararlo en casa, es esencial que los distingas para poder potenciar sus cualidades únicas y poder disfrutarlo en su mejor versión. Desde guisos hasta platos al horno, cada uno tiene su técnica ideal de cocinarlo y combinaciones estrella.
Te explicamos cómo diferenciar langosta y bogavante: sus diferencias físicas, sabor, textura, precio y cómo elegirlos frescos. Te dejamos también con algunos consejos prácticos para cocinarlos y aprovechar así al máximo su carne. ¡Vamos allá!
Diferencias físicas: tamaño y color
A simple vista pueden parecer muy similares e incluso idénticos, no obstante, en cuanto te señalemos en qué debes fijarte, verás que tienen rasgos muy claros que los distinguen uno del otro a simple vista.

- Langosta: Su cuerpo es más alargado, con antenas largas y finas. Su color puede ser desde marrón oscuro, hasta a un verde azulado cuando está vivo. Sus pinzas resultan notablemente más pequeñas comparadas con las del bogavante.
- Bogavante: Suele ser más robusto, con pinzas delanteras muy grandes en comparación y fuertes. Su color en vida es azul verdoso oscuro. La carne del bogavante en la cola y las pinzas es especialmente carnosa.
El truco más sencillo para saber si lo que tenemos delante es langosta o bogavante es fijarnos en las pinzas delanteras. Si son grandes y simétricas, seguramente sea un bogavante; si son más pequeñas y finas, hablamos de una langosta.
Diferencias de sabor y textura
El sabor y la textura son claves para escoger cómo cocinarlos o saber qué esperar al pedirlos en un restaurante. Cada uno tiene sus propias características que los diferencia más allá del físico:

- Langosta: Su carne más delicada y su textura resulta tierna y ligeramente dulce. Resulta ideal para elaboraciones en las que se busca un toque más suave como puede ser una ensalada o cóctel de marisco o platos al vapor.
- Bogavante: Su carne resulta más firme y consistente, con un sabor a su vez más intenso a mar. El bogavante encaja mejor en recetas más contundentes, como un arroz con bogavante, guisos o hacer bogavante al horno gratinado.
Debemos tener presente dichas diferencias. El bogavante, por ejemplo, al tener la carne más firme mantiene mejor su textura tras una cocción larga, mientras que la langosta puede endurecerse si se cocina demasiado. Detalles como estos pueden marcar completamente la diferencia en el resultado de nuestros platos.
Precio y disponibilidad
El precio también es un factor diferenciador que nos puede hacer saber si lo que tenemos delante es langosta o bogavante. Asimismo, la disponibilidad según la zona y la temporada tampoco es la misma:
- Langosta: Suele ser más cara dada a la demanda internacional y su carne más delicada. Ésta es más común en el Atlántico Norte y costas europeas, desde las cuales se exporta.
- Bogavante: Considerado también marisco premium, es verdad que puede llegar a ser un poco más asequible que la langosta, dependiendo, sobre todo, de la temporada y la zona de captura.
En ambos casos (y en el del marisco en general), la frescura es clave y esencial. En el momento de adquirirlos o comerlos asegúrate que la carne es firme, las antenas y patas están intactas y el olor que desprende sea limpio a mar, sin aromas fuertes a pescado, lo que supondría la primera advertencia de su mal estado y una posible intoxicación.
Consejos para cocinar langosta y bogavante
Conociendo las diferencias ente bogavante y langosta, aquí van algunos consejos que potenciarán tanto su sabor como textura.

- Langosta: Hervida o al vapor, 8-12 minutos por cada 500 g. No conviene cocinarla en exceso, ya que puede quedar dura. Perfecta para ensaladas frías, platos al vapor o recetas en la que sea la protagonista (con un aliño suave, por ejemplo) y que conserven su sabor delicado.
- Bogavante: Hervido, al horno o a la plancha. Aguanta cocciones más largas que la langosta sin perder jugosidad. Funciona muy bien en arroces, sopas de mariscos y gratinados.
En cualquiera de ambos casos, cocinarlos en agua con sal y un chorrito de limón o vino blanco potenciará su sabor.
Consejos para comprar bogavante y langosta
El marisco se compra fresco o congelado. Si queremos comprar fresco, es crucial asegurarnos de algunos detalles como garantía de calidad y, lo más importarte, seguridad:
- Langosta: Busca movimiento de antenas y patas, que el caparazón está brillante y su textura firme.
- Bogavante: Comprueba la fuerza de las pinzas, que su color sea uniforme y la carne resulte consistente al tacto.
En caso de comprarlos congelados, es importante que te asegures de que no haya cristales de hielo en el envase ni percibas cambios de color. Estos serías claros indicios de una pérdida de calidad.