Mangostán: la fruta exótica que conquista por su sabor y propiedades
Fruta tropical
Descubre qué es el mangostán, cómo se come y por qué es tan popular

El mangostán es una fruta tropical poco común (de momento) en nuestro País, pero sí muy valorada y popular en Asia, por ejemplo, de donde en originaria. Es su forma, corteza morada y pulpa blanca, jugosa y dulce, lo que nos llama tanto la atención y es que, no se nos ocurre fruta similar a ésta que se cultive a nuestro alrededor.
A las personas que ya la conocen les conquista su equilibrado sabor, que linda entre la acidez y el dulzor. De hecho, su sabor suele recordar a una mezcla entre piña, melocotón y fresa. Más adelante te dejamos con más detalle, pero te adelantamos que, tal y como parece en la imagen, su textura te sorprendería por lo sedosa que resulta.
También te hablamos sobre su cultivo, el cual se concentra en zonas tropicales, pero que, a pesar de ello, cada vez es más fácil encontrarlo en tiendas especializadas o mercados internacionales en las grandes ciudades alejadas de este clima.
Más allá de su sabor, curiosa apariencia y textura, el mangostán es una fruta con que nos ofrece, además, interesantes propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y digestivas. Te explicamos todo esto y ¡mucho más! Así como cómo elegirlo, abrirlo y disfrutarlo si tenéis la opción de probarlo. ;)
¿Qué es exactamente el mangostán?
El mangostán es el fruto de un árbol tropical. Un árbol, de hecho, de crecimiento lento que, como su propia categorización indica (tropical), necesita temperaturas cálidas y mucha humedad.
El aspecto del mangostán es de lo más curioso y característico. Viste una corteza gruesa de color púrpura oscuro o rojiza, con una especie de corona verde de líneas redondeadas en la parte superior, lo que es el tallo. Al abrirlo, encontramos en su interior una pulpa blanca ¡dividida en gajos! Como si esa corteza escondiese y protegiese un ajo grande.
La cáscara de esta fruta no se come, ya que resulta además de dura, muy amarga. La parte comestible es, por lo tanto, esa pulpa blanca del interior. Su sabor es entre ácido y dulce, suave y refrescante, a la vez.
Muchas personas, tras probarlo, aseguran que el mangostán sabe a una mezcla de piña, melocotón y fresa. Obviamente, con un toque único muy difícil de definir.

Cómo se come el mangostán
Si nunca has comido mangostán, lo primero que debes saber es ¡cómo abrirlo sin estropear su interior!
Su piel, como comentábamos, es considerablemente dura en comparación con su interior sedoso, así que atenta para hacerlo con la presión justa. ¡Aquí va cómo se abre un mangostán!
Paso a paso para abrir un mangostán
Antes de nada, asegúrate de elegir una pieza de fruta que resulte firme, pero a su vez ceda un poco al presionarla. Si está demasiado dura, podría estar verde, lo que supondría que estuviera demasiado dura e insípida. Si está muy blanda o con zonas oscuras hundidas, por el contrario, seguramente esté pasada.
- Comienza presionando levemente la cáscara con los dedos y ve aumentando ligeramente la fuerza para no pasarte hasta partirla por la mitad.
- Si cuesta mucho, puedes hacer un corte horizontal superficial con un cuchillo, pero sin llegar al centro, importante.
- Abre con cuidado la cáscara cuando haya cedido y retírala para descubrir la pulpa blanca intacta en su interior.
- ¡Come los gajos directamente! Evitando los que tengan semillas (algunos las tienen, otros no).

El mangostán se puede comer bien solo, como fruta fresca, o incluirlo en postres, ensaladas de frutas y platos dulces para darles ese toque exótico que tanto nos gusta. En zumos y batidos queda genial también.
Cómo conservar el mangostán y cuánto dura
Si has conseguido mangostán, ten presente que es muy perecedero, así que tendrás que comerlo cuanto antes siempre que esté maduro. Si lo compras algo verde, entonces, puedes dejarlo madurar a temperatura ambiente.
Si está maduro, lo mejor es conservarlo en un lugar fresco y comerlo máximo en 2-3 días. No lo metas en la nevera, ya que el frío estropeara tanto su sabor como textura.
Propiedades y beneficios del mangostán
Más allá de su sabor y curioso aspecto, esta fruta también destaca por ser una fuente interesante nutricional y por sus numerosos beneficios para con nuestra salud.
Rico en antioxidantes
El mangostán contiene un tipo de antioxidante con propiedades antiinflamatorias que ayudan a combatir el daño celular, esta sustancia se conoce como xantonas.
Se concentran principalmente en la cáscara, la cual ya comentábamos anteriormente que resulta demasiado dura y amarga para comerla. Aun así, está también presente en la pulpa.

Bueno para la digestión
La pulpa del mangostán resulta rica en fibra, lo que es ideal para el tránsito intestinal. Además, también contiene compuestos naturales que se han relacionado con efectos antibacterianos leves.
Apoya el sistema inmunológico
Es a su contenido en vitamina C el que nos ayuda a reforzar las defensas y proteger el organismo frente a enfermedades leves. ¡Perfecto para las épocas de resfriados y gripes!
¿Dónde se cultiva y se consigue?
El mangostán se cultiva principalmente en países del sudeste asiático, de donde es originario, como Tailandia, Indonesia, Malasia o Filipinas. Dada al clima tropical que necesita para prosperas y su creciente popularidad, en la actualidad también ha llegado a América Central y a algunas regiones tropicales de Sudamérica.

Es una fruta especialmente delicada para exportar al no aguantar bien el frío ni los transportes largos, por ello que no sea especialmente difícil encontrarlas fuera de dichas zonas de cultivo.
En Europa, es cierto que se encuentra en contadas ocasiones en tiendas especializadas, fruterías exóticas o mercados gourmet. Pero dado al factor de lo que sufre en el transporte, su precio es más alto que el de otras frutas exóticas. Su escasez y su dificultad de cultivo también son claramente influyentes en el coste final de la fruta.