¿Qué es el kale y para qué sirve? Propiedades y recetas
Qué es el kale y cómo se come

El kale es un alimento que se ha venido popularizando en los últimos años, habiendo pasado de ser únicamente considerado y usado como alimento para los animales, hasta la actualidad en la que se ha convertido en parte de muchos platos gracias a su gran aporte nutritivo y contenido de vitaminas.
Se trata de un vegetal verde muy característico que en España conocemos como col rizada por la particularidad de su forma. Sus hojas lucen un color verde intenso y una textura crespada y ondulada que la diferencia de otras berzas. Su sabor es algo diferente también resultando ligeramente amargo.
Como comentábamos, es un alimento que se ha puesto muy de moda realzando todas sus propiedades (que te explicamos a continuación), pero no por ello debemos convertirla en única protagonista y desequilibrar nuestra dieta. ¡En la variedad esta la riqueza! ;)
Propiedades y beneficios del kale
El kale tomó mucha fuerza dentro del mundo vegano gracias a su gran contenido de hierro, calcio y proteínas, asimismo, su bajo aporte calórico también lo ha situado entre los ingredientes más valorados en dietas de pérdida de peso.
También es una gran fuente de fibra (cerca de un 3%) y vitaminas C (con 20 mg cada 100 g), A, E y K, fundamentales para nuestra salud. También contiene minerales como magnesio, potasio y zinc, aunque en menor cantidad que el hierro y la proteína (10% valor proteico).
¿Cuál es el sabor del kale?
El sabor del kale es algo diferente a lo que estamos acostumbradas al resultar ligeramente amargo. Un toque de sabor que se intensifica según la variedad y la maduración del mismo vegetal.
Existen variedades algo más dulces y suaves, las que suelen utilizarse en sopas, así como las hojas tiernas también destacan por tener un sabor más suave que las maduras, por lo que se recomienda comer el kale en poco tiempo, en el plazo de dos días desde su compra, y no dejarlo madurar demasiado.
Aun así, generalmente, lo que más caracteriza al kale es su amargor y la dureza de sus hojas. Por lo que no es común comerlo crudo y suele disfrutarse cocido, guisado, al vapor e incluso crujiente en el horno, microondas o freidora de aire.
Cómo quitar el amargor al kale
Existen un par de truquitos para rebajar el sabor amargo del kale, eso sí, dependerá su resultado también de la variedad de la que se trate el vegetal.
- Amasa las hojas del kale con las manos durante un par de minutos. El objetivo es romper los nervios sin llegar a romper las hojas.
- Blanquea el kale. Para ello, introduce las hojas en agua hirviendo con sal y espera a que el agua vuelva a romper en ebullición. Retira y refresca inmediatamente con agua fría.
Tipos de kale
Diferenciamos varios tipos de kale por su forma y color y aunque normalmente destaquen estas tres variedades (kale rizado, lacitano y morado), existen otras tantas:
- Kale rizado , el más común y duro. Si lo vas a comerlo en crudo, en una ensalada o tosta, por ejemplo, te recomendamos retirarle el tallo y aprovecharlo para hacer un pesto (te dejamos la receta abajo).
- Kale lacitano . Sus hojas destacan por tener un color azul verdoso muy oscuro y ser largas y afiladas, forma peculiar que le ha llevado a ser conocido también como kale dinosaurio . Su sabor es menos amargo, pero su textura es tan dura que no es fácil ablandarlo a pesar de cocerlo incluso.
- Kale morado . Su color es lo que más llama la atención, pero debemos advertirte que lo perderá una vez cocido. Tiene un sabor algo más suave y hasta dulce, siendo perfecta para incluir en las sopas. Tostadas para hacer chips también quedan muy ricas.

Cómo conservar el kale
El kale es conocido también por ser parte de la cocina tradicional de Alemania, Dinamarca y Países Bajos, así que por lo que se puede deducir fácilmente que se trata de un vegetal de climas fríos y, por lo tanto, para su conservación, cuanto más frío, ¡mejor!
Antes de guardarlo para su conservación lava muy bien las hojas del kale separándolas del tallo e introduciéndolas en agua con un chorrito de vinagre. Enjuágalas con agua limpia y deja secar por completo las hojas al aire.
- En la nevera (mínimo 2 días): Dentro de una bolsa hermética con papel de cocina para alargar su vida útil, al estilo en el que conservamos una lechuga fresca durante más tiempo . Puedes refrigerar directamente las hojas cortadas ya en tiras.
- En el congelador (1 mes): Congela las hojas de kale siempre en un recipiente hermético. En caso de querer hacerlo en una bolsa, primero congela en el recipiente, pásalas ya congelas a la bolsa y vuelve a guardar en el congelador.
Recetas de kale
En un principio, sobre todo cuando empezó a crecer su popularidad, era común ver el kale como sustituto de la lechuga. Luego pasó a ser uno de los ingredientes de los smoothies y batidos keto que tan de moda estuvieron. Sin embargo, el kale nos ofrece muchas más opciones y formas de cocinarlo.
A la hora de cocinar el kale debemos de tener dos aspectos presentes: su sabor amargo y la dureza de sus hojas. Evitamos, como comentábamos, el comerlo crudo y optamos por cocerla o tostarla para que quede crujiente.
Es perfecto para agregar a las sopas y enriquecerla con un toque diferente de sabor y, lo mejor, un montón de nutrientes. En este tipo de recetas, agrega el kale en los últimos minutos de cocción.
Podéis probarla en cualquier tipo de receta de sopa, aunque en la sopa de arroz o en la sopa de pollo aporta un toque muy interesante.

Nuestra favorita es la receta de chips de kale. Sana y muy sencilla de hacer, resulta perfecta para picar entre horas sin remordimientos. Además, es muy fácil de personalizar con las especias que más nos apetezcan en el momento.
En este formato crujiente es ideal para agregar a cualquier tipo de plato, ya sea de carne, pescado, verduras, arroz, pasta, ensaladas, cremas...
Otra opción original e ideal, tanto para platos de pasta como para preparar unas tostaditas como hemos hecho nosotras, es el pesto de kale. Una versión original de la receta italiana en la que aprovechamos todos los beneficios de este vegetal de moda.