Cocina de la abuela
Pechugas de pollo en salsa, una receta fácil, jugosa y deliciosa

¡Las pechugas de pollo en salsa son de las favoritas en casa! Tienen un sabor suave que gusta a mayores y pequeños y son tan fáciles de hacer, que en un momento las servimos en la mesa.
Lo mejor de esta receta es su versatilidad, ya que podemos prepararla como plato principal en una comida familiar, llevarla en un táper al trabajo o servirla en una ocasión especial.
La salsa, hecha a base de verduras, vino blanco y caldo de pollo, tiene una textura cremosa, suave y sedosa que combina de maravilla con cualquier tipo de guarnición. Además, mantiene las pechugas jugosas, evitando que se resequen como a veces ocurre con otros métodos de cocina. Asimismo, es muy fácil de adaptarla a tu gusto, añadiendo otras verduras o hierbas aromáticas.
Otra ventaja de esta receta es que no necesitas ser una experta en la cocina para lograr un resultado delicioso. Con un par de trucos simples que te hemos ido dejando durante la elaboración y un poco de atención a los tiempos de cocción, conseguirás hacer unas pechugas doradas por fuera y jugosas por dentro, ¡bañadas en una salsa irresistible! Te contamos cómo prepararlas paso a paso.
Índice de contenidos
Ingredientes

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3 cucharadas de aceite de oliva
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2 pechugas de pollo
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sal
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pimienta negra molida
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50 gramos de cebolla
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1 diente de ajo
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50 gramos de zanahoria
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40 mililitros de vino blanco
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200 mililitros de caldo de pollo
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1 cucharada de perejil picado
Raciones
2
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
20 m
Cocinado
20 m
Tiempo total
40 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
Cantidad | % | |
---|---|---|
Energía | 326,15 kcal | 16,31% |
Proteína | 32,79 g | 43,72% |
Hidratos de carbono | 3,96 g | 1,44% |
Azúcares | 2,7 g | 5,4% |
Grasa total | 18,7 g | 23,93% |
Grasa saturada | 18,7 g | 102,35% |
Grasa polisaturada | 3,25 g | 29,55% |
Grasa monosaturada | 8,37 g | 19,02% |
Colesterol | 107,85 mg | 35,95% |
Fibra | 1,4 g | 4,67% |
Sal | 1,9 g | 38% |
Sodio | 0,05 g | 0% |
Calcio | 63,49 mg | 5,29% |
Yodo | 7,73 mcg | 5,15% |
Hierro (hombres) | 2,9 mg | 29% |
Hierro (mujeres) | 2,9 mg | 16,11% |
Alérgenos

Paso a paso
Calentamos 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén y doramos 2 pechugas de pollo salpimentadas durante 3 minutos por cada lado. Reservamos en un plato.
No debemos cocinarlas completamente por dentro en este primer paso, ya que terminaremos de cocinarlas más adelante junto con la salsa para asegurarnos que queden jugosas y no secas.

En la misma sartén donde doramos el pollo, añadimos la cucharada restante de aceite de oliva si es necesario.
Sofreímos 50 g de cebolla picada y 1 diente de ajo prensado a fuego medio durante 3 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se quemen y se cocinen de forma uniforme.

Pelamos y cortamos en rodajas finas los 50 g de zanahorias y las agregamos al sofrito. Cocinamos todo junto durante 4 minutos más.
Las zanahorias aportarán dulzor y color a la salsa, equilibrando, además, la acidez del vino blanco que incorporaremos a continuación.

Vertemos 40 ml de vino blanco sobre las verduras y dejamos que el alcohol se evapore durante 2 minutos. Añadimos 200 ml de caldo de pollo caliente, rectificamos el punto de sal y cocinamos la salsa durante 10 minutos a fuego medio.
Cuando las verduras estén tiernas, trituramos todo con una batidora hasta obtener una salsa suave y homogénea. Si prefieres una textura más rústica de estilo casero, puedes dejar algunos trocitos sin triturar.

Colocamos nuevamente las pechugas doradas en la sartén con la salsa y cocinamos el conjunto durante 10 minutos más, a fuego bajo, para que terminen de hacerse las pechugas por dentro y absorban el sabor de la salsa.

Servimos las pechugas de pollo calientes, bañadas en su salsa y habiendo espolvoreado 1 cucharada de perejil fresco picado por encima justo antes de llevarlas a la mesa.

Consejos y trucos
Para que la cocción de las pechugas salga perfecta, las doramos en una sartén, pero sin que queden hechas por el interior, ya que terminamos de hacerlas con la salsa, así obtenemos una textura tierna y sabrosa.
Vamos a preparar la salsa de las pechugas de pollo con cebolla, ajo y zanahoria para que queden sabrosas y las cocinaremos con un poco de vino blanco reducido y caldo de pollo.
Otras veces, optamos por añadir champiñones o verduras como pimiento o calabacín, así conseguimos otros matices.
Para obtener una textura suave, nos gusta triturar la salsa, que será ideal para mojar con pan. De hecho, triturar la salsa también favorece que se adhiera mejor al pollo.
Si te gusta más espesa, siempre puedes reducir unos minutos adicionales el caldo antes de triturar la salsa o añadirle una cucharadita de maicena disuelta en agua, un truco muy sencillo para espesar salsas.
También puedes jugar con las especias para darle un toque personal a la receta. Bien puedes añadir una hoja de laurel como hemos hecho nosotras o agregar un poco de tomillo o romero durante la cocción del caldo para un toque más aromático. Las hierbas provenzales siempre le van genial al pollo.
Servimos las pechugas de pollo en salsa con patatas fritas, una ensalada verde o arroz blanco hervido. También queda genial acompañado con puré de patatas o cuscús para absorber mejor la salsa.