¿De dónde es la arepa? Historia, origen y la polémica entre dos países

Curiosidades

Una masa redonda, dorada y caliente. La arepa no es sólo comida: es cultura, memoria y orgullo. Pero… ¿de dónde es realmente?

Arepas venezolanas
Arepas venezolanas

Este alimento tan popular en América Latina ha desatado siempre debates entre dos países que la consideran suya: Venezuela y Colombia. Cada una con su versión, su historia y su forma de prepararla reclaman el origen de la arepa como propia.

Vamos a explorar el origen de la arepa, su evolución en el tiempo y cómo ha llegado a convertirse en un ícono culinario en más una zona. Porque a veces, la comida no tiene una sola bandera. ;)

Y es que hablar de arepas es también hablar de tradiciones familiares, de desayunos de domingo, de vendedores ambulantes y de infancia. Su presencia está tan arraigada en la vida cotidiana de millones de personas al otro lado del charco que las parece imposible imaginarse un día sin ella.

Más allá de las fronteras, la arepa ha logrado unir a culturas por su increíble sabor y versatilidad. Su historia es la prueba de que un alimento por simple que pueda parecer también puede tener una identidad compleja y profunda.

La arepa: un legado indígena que antecede a las fronteras

Antes de que existieran Venezuela o Colombia como países, ya existía la arepa.

Los primeros registros de este plato datan de épocas precolombinas. Los pueblos indígenas que habitaban la región noroccidental de América del Sur (especialmente los timoto-cuicas en Venezuela y los zenúes y muiscas en Colombia) ya preparaban una especie de pan redondo a base de maíz molido.

Este alimento básico era cocido sobre piedras calientes o en planchas rudimentarias y formaba parte esencial de la dieta diaria. Resultaba nutritivo, fácil de preparar y adaptable a los ingredientes del entorno y temporada.

Así que si hablamos de quién la inventó, más allá de los países que conocemos hoy en día, la respuesta apunta a los pueblos originarios, mucho antes de las divisiones políticas modernas. Por eso podemos decir que el origen de la arepa es realmente compartido.

Arepas caseras
Arepas caseras | Cocinatis

Venezuela o Colombia: ¿quién tiene la arepa más auténtica?

Ambos países han hecho de la arepa un ícono nacional. Sin embargo, sus versiones tienen claras diferencias en cuanto al sabor, relleno y preparación.

La arepa venezolana

En Venezuela, la arepa es más versátil y rellenable, podríamos decir.

Se corta por la mitad y se le agregan básicamente todo tipo de ingredientes: desde la clásica arepa reina pepiada (pollo y aguacate) hasta la popular pelúa (carne mechada con queso amarillo).

Existen cadenas de comida rápida especializadas sólo en arepas, por lo que es más común todavía el comerlas en cualquier comida del día (incluso en el desayuno).

Existe una harina precocida que revolucionó la preparación de las arepas en los años 50, facilitando su elaboración y, en consecuencia, su masificación.

Arepas venezolanas rellenas de pollo y queso
Arepas venezolanas rellenas de pollo y queso | Cocinatis

La arepa colombiana

En Colombia, por otro parte, la arepa suele comerse sin relleno, como acompañante de otros platos, como una clase de pan.

Existen muchísimas variedades regionales: la arepa de choclo (dulce, con queso), la arepa paisa (delgada y crocante) o la arepa santandereana (elaborada con chicharrón molido).

En algunas regiones, sí se rellenan, pero con un estilo diferente al venezolano, menos cargado y más enfocado en ingredientes locales.

Ambas versiones resultan deliciosas y legítimas. La polémica de quién la inventó pierde fuerza cuando se entiende que la arepa es más bien un patrimonio cultural compartido, aun habiéndose adaptado a cada territorio.

Arepas colombianas
Arepas colombianas

¿Cómo ha evolucionado la arepa en el tiempo?

Con el paso de los siglos, la arepa se ha transformado, pero su esencia permanece en cada una de sus versiones.

Hoy en día, no sólo se come en Colombia y Venezuela, sino que, gracias a la migración, especialmente la venezolana en la última década, la arepa ha llegado a ciudades de todo el mundo: desde Madrid hasta Miami, pasando por Buenos Aires, Santiago y Ciudad de México.

En estas nuevas zonas y culturas, la arepa ha sido reinterpretada dando incluso como resultado versiones fusión, con ingredientes internacionales, o hasta versiones saludables, hechas con avena, quinoa o harina de arroz.

De hecho, lo que antes era comida de casa e incluso un básico en épocas de escasez, ahora se puede llegar a ver como un plato gourmet.

En muchos restaurantes de cocina latina, la arepa ocupa un lugar protagonista en el menú (¡y cómo nos gusta!).

Si nos dejas recomendarte, junto con la arepa, os animamos a probar también la cachapa, el patacón y, para los más glotones, ¡la bandeja paisa! Eso sí, mejor si pedís para compartir, ya que las raciones de estos últimos tres platos suelen ser generoso para una sola persona si queréis probar más de un plato.

La arepa como un símbolo de identidad

Más que un alimento, la arepa representa raíces, familia y pertenencia.

Para quienes han migrado, comerse una arepa es revivir el desayuno de la infancia, es volver al abrazo de la abuela, es sentirse un poco en casa aun estando a kilómetros de distancia.

Y para quienes la descubren por primera vez, es una puerta abierta a la diversidad cultural de América Latina y todos los sabores que nos ofrece esta cocina tan única y especial.

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