¡Estás usando la sartén de acero mal! Así se hace para que no se pegue la comida

Cómo utilizar la sartén de acero

Cómo usar una sartén de acero inoxidable
Cómo usar una sartén de acero inoxidable

Existen sartenes de materiales muy diferentes que nos ofrecen experiencias, a su vez, muy distintas en la cocina.

Los recubrimientos antiadherentes destacan por su comodidad, mientras que la composición de sus materiales y resistencia las ponen en el punto de mira.

Sartenes de materiales como el hierro y el acero son cada vez más populares según la conciencia popular sobre los materiales utilizados en otros tipos de sartenes crece. Se busca una cocina segura, con utensilios más resistentes y duraderos.

Las sartenes de acero son una de las opciones más escogidas en sustitución de las sartenes de teflón. No obstante, su uso puede resultar un poco complicado sin experiencia previa, ya que los alimentos tienden a pegarse en el primer contacto. Sin embargo, ya te adelantamos, que esto ocurre porque la estamos utilizando mal.

¿Qué tan buenas son las sartenes de acero?

Las sartenes de acero son una opción robusta y muy resistente a arañazos y altas temperaturas. No son tan antiadherentes como otras sartenes, aunque una vez cogido el truco son muy fáciles de usar.

¡Destacamos también lo fáciles que son de limpiar! Sin recovecos de difícil acceso y una superficie dura que nos permita rascar, la verdad es que da gusto.

Al final del artículo os explicamos cómo hacerlo para que salga toda la suciedad en segundos.

¿Por qué la comida se pega al acero inoxidable?

Acostumbradas a sartenes con capas antiadherentes, en el caso de las sartenes de acero, si agregamos el aceite cuando todavía está fría (o no suficientemente caliente) se esperará y favorecerá que los alimentos se peguen a su superficie.

La clave está en calentar muy bien la sartén antes de agregar ningún ingrediente, pero ¿cómo sabemos que está suficientemente caliente? ¡Sigue leyendo que te lo explicamos! ;)

¿Qué hacer para que un sartén de acero no se pegue?

Comienza por colocar la sartén sobre el fuego y calentarla a temperatura media alta. Sin agregarle aceite ni ningún otro tipo de grasa por el momento.

Con la sartén ya precalentada, agrega un poco de agua para comprobar su temperatura. Aquí caben dos opciones:

  • El agua se evapora. Esto significa que todavía no esta lista y debemos calentarla más.
  • El agua parece mercurio . S el agua resbala por la superficie como si fuera mercurio significa que ya está en su punto para poder cocinar.

En caso de que el agua se evapore, no tienes más que seguir calentando la sartén a fuego medio alto hasta pasado un rato y comprobar con el mismo método, añadiendo un poco de agua, si ya ha alcanzado la temperatura que nos interesa.

El agua se agrupará y resbalará por la superficie. Es un efecto muy llamativo que, si no has visto antes, tranquila que lo distinguirás.

Otro punto importante es el cómo agregamos el aceite. Aquí también se nos presentan dos opciones diferentes que te explicamos con dos ejemplos: cómo freír carne y cómo freír un huevo.

Pero antes, déjanos hacer una última recomendación general antes de continuar. Es mejor que atemperes los ingredientes antes de añadirlos a la sartén de acero inoxidable. Cuanto más frío, más posible es que se pegue. 

Entrecot en sartén de acero inoxidable
Entrecot en sartén de acero inoxidable

Cómo freír carne en una sartén de acero

Con la sartén ya caliente y en su punto, no agregamos el aceite directamente en ésta. En su lugar, añadimos el aceite a carne, cubriéndola completamente y asegurándonos que queda bien untada. En caso de añadir el aceite directamente en la sartén, por el tipo de alimento que vamos a cocinar, solo favoreceríamos que se quemara antes.

Cocinamos con aceite y no mantequilla según las recomendaciones de la OCU.

Con la carne y la sartén listas, ahora sí, colocamos carne en la sartén. Es de vital importancia no tocarla al principio, ya que como podrás comprobar está totalmente pegada a la superficie y no habrá manera de arrancarla de la sartén sin destrozarla. ¡Que no cunda el pánico!

Espera un poco, escaso minuto y medio y verás que comienza a despegarse ella sola. Tras un minuto y medio o dos, ya podrás manipular la carne sin problema (ni resistencia) y darle la vuelta para hacerla por el otro lado también otro minuto y medio. ¡Y listo!

Cómo freír un huevo en la sartén de acero

Hay otros alimentos, como ocurre con los huevos, a los que no podemos agregarle el aceite directamente y debemos hacerlo en la sartén. De hecho, por lo que hemos visto, es muy común no saber hacer un huevo en este tipo de sartenes porque se acaban pegando y rompiendo.

En alimentos delicados y con gran cantidad de agua, es más importante todavía si caso que la sartén este muy caliente. Así que agrega el agua como hemos hecho con el caso de la carne hasta que deje de evaporarse y pase al estado en el que parece mercurio. Solo entonces, agrega el aceite a la sartén y el huevo encima.

Otra opción es cocinar en frío. Es decir, añadir en la sartén antes de calentarla el aceite y el huevo encima. Así se irá cocinando según la sartén se calienta evitando que se pegue, aunque puede que tengas que rascar un poco (con delicadeza) una vez hecho para retirarlo de la sartén.

De esta manera, para nuestro gusto queda más parecido a un efecto cocido más que frito, pero también es una opción que puedes valorar a tu gusto. Eso sí, ten paciencia que el huevo tardará más en hacerse.

Cómo limpiar las sartenes de acero

¡Limpiar estas sartenes es de lo más sencillo! Incluso lo quemado, ya verás.

Con la sartén todavía caliente, ponla bajo el grifo para añadirle agua fría, buscamos el contraste térmico, y comienza a frotar con el estropajo metálico.

No sufras por el contacto con este estropajo tan duro, no pasa nada. Las sartenes de acero son mucho más resistentes y realmente no pasa nada porque se rallen, a diferencia de las sartenes de teflón u otras con recubrimiento antiadherente. ¡Veras que bien salen hasta los restos de comida más incrustados!

En este tipo de sartenes es común que tanto en la parte superior, como en la inferior, salgan manchas oscuras. No afectan a su uso ni sabor, pero sí son muy difíciles de quitar. Simplemente son estéticas tras su prolongado uso. 

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