Conoce cómo identificar si un huevo está malo y evita riesgos para tu salud

Conoce cómo identificar si un huevo está malo y evita riesgos para tu salud

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Por Maitane , 17 de abril de 2023

Cómo saber si un huevo está malo

Los huevos son uno de esos alimentos imprescindibles que siempre tenemos en casa, Tan sencillos de preparar que son perfectos para improvisar una comida, cena e incluso desayuno rápido. Ya sea en tortilla, revuelto, frito o cocido, ¡nunca falla! 

Puede pasar que al acumularlos se nos olvide cuánto tiempo llevan ahí esperando a ser utilizados y es ese momento, cuando nos surge una cuestión, ¿cómo saber si un huevo está malo sin abrirlo? ¡Os sorprenderá lo fácil es saber si un huevo está bueno o malo con el siguiente truco!

¿Cómo saber si un huevo está malo sin abrirlo?

El huevo en mal estado puede resultar un riesgo para nuestra salud, por lo que, si tenéis alguna duda, no perdéis nada por poner en práctica este truco tan sencillo que nos ayudará a saber si un huevo crudo está malo o no sin necesidad de abrirlo. Solo necesitaremos: un vaso ancho y agua. 

Sin romper la cáscara, una de las maneras más sencillas y que nunca falla para comprobar su frescura, es disponer un vaso o recipiente suficientemente grande y sumergir el huevo en el agua (sin sal). Pueden darse tres casos:

  • El huevo flota: Si el huevo flota no está fresco y es mejor no consumirlo, ya que podría suponer un riesgo para nuestra salud.
  • El huevo se hunde: Si el huevo desciende rápidamente hasta el fondo indicará que está fresco y en el momento perfecto para consumirlo. 
  • El huevo se hunde, pero le cuesta: Si el huevo tarda un poco en hundirse y llegar al fondo del vaso, significa que sí está fresco, que sigue en buen estado, pero lo mejor será consumirlo cuanto antes, ya que su fecha de expiración es cercana.

Truco para saber si un huevo está malo

Pero ¿es este truco fiable? ¡Sí, sí que lo es! ;) Resulta que la cáscara de los huevos es porosa y según va perdiendo frescura, esta porosidad se acentúa creando una clase de flotador que le impide hundirse en el agua y lo mantiene en la superficie.

Asimismo, no debemos olvidarnos de dos factores claves que nos ayudarán a hacernos una idea sobre el estado del huevo o, directamente, haga que lo descartemos para su consumo. 

  • Fecha de caducidad. Comprueba siempre antes de comprarlos la fecha de caducidad que marca en el envase, un indicativo de cuánto durarán más o menos en buen estado.
  • El estado de la cáscara. Descarta siempre los huevos que tengas la cáscara rota por alguna parte, ya que pueden introducirse bacterias que aceleren la descomposición del alimento y, en consecuencia, supongan un riesgo para nuestra salud el consumirlos.

Trucos para saber cuándo un huevo está en mal estado

Una vez abierto, existe otros factores que nos harán saber si un huevo está malo. Para ello, nos valdremos de la vista, el olfato y el tacto: 

  • ¿Cómo huele? El olor que desprende un huevo podrido o en mal estado es verdaderamente desagradable. Estamos seguros de que, si alguna vez lo habéis olido, ¡lo recordaréis! Es un aroma fuerte y repulsivo según peor es su estado.
  • ¿Qué tono tiene la yema? Otra de las pistas más evidentes sobre el estado del huevo nos la dará la misma yema. Si tiene un color apagado, se rompe de forma inminente o se separa del centro de la clara, ¡ese huevo no está en buen estado! 
  • ¿La clara y la yema se separan? Para este truco, no tendremos más que añadir el huevo en un bol y mover el bol ligeramente. Si la yema no se separa del centro de la claro significa que el huevo está fresco e ideal para disfrutarlo. Si, por el contrario, comprobamos que se separa con este movimiento, ¡mejor desecharlo! 
  • ¿Cómo es la clara? Una clara fresca debe ser de textura gelatinosa y translúcida. Dicho esto, si observamos pequeñas manchitas o elementos ciertamente extraños, mejor no consumirlo, ya que podría resultar un peligro para nuestra salud.

Huevos frescos

¿Cuáles son las consecuencias de consumir un huevo en mal estado?

Al consumir un huevo en mal estado, lo más probable es que suframos una intoxicación que nos provoque malestar estomacal, diarrea, náuseas, vómitos, escalofríos o fiebre. 

También puede derivar una infección de salmonella que provocará síntomas parecidos como vómitos, diarrea, fiebre... además de cólicos abdominales. Se trata de una infección bacteriana que generalmente afecta al tracto intestinal. 

Puede durar entre dos y siete días y, aunque hoy en día no es considerada una infección grave, existen grupos de riesgo como los ancianos, las embarazadas y los bebés.

Esta infección puede transmitirse también al consumir los huevos crudos aunque sean frescos. En recetas como los helados caseros, es más común de lo que parece el añadir el huevo sin tratar, así que, para todos estos casos, lo mejor es utilizar siempre huevos pasteurizados y evitar así riesgos.

Pasteurizar huevos