¿Cuáles son las diferencias entre Kéfir y Yogur?
Kéfir y yogur

A la hora de hablar sobre ciertos alimentos, es común asociar las mismas cualidades a otros que presentan semejanzas muy similares. Por ejemplo, es común no encontrar la diferencia entre la banana y el plátano, o la diferencia entre la fresa y el fresón. Pues lo mismo ocurre con el kéfir y el yogur, dos alimentos lácteos hechos a partir de leche fermentada que resultan muy similares en apariencia y sabor.
En el artículo de hoy te hablamos sobre las diferencias entre el kéfir y el yogur, tanto en elaboración, compuestos orgánicos, sabor, textura y beneficios. Ya no volverás a tener dudas a la hora de diferenciar ambos lácteos.
Diferencia entre el yogur y kéfir
Tanto el kéfir como el yogur son alimentos lácteos hechos a partir de leche de vaca, pero si hablamos de las diferencias entre el kéfir y el yogur, podemos ver que ambos ingredientes, aunque resultan muy similares, son diferentes tanto en sabor, textura, elaboración y composición. A continuación os hablamos de las diferencias que te ayudarán a distinguir entre el kéfir y el yogur.
Elaboración y tipos de microorganismos
El kéfir es un cultivo mesófilo, lo que quiere decir que se desarrolla a temperatura ambiente o moderada (hasta 45 grados). El yogur, en cambio, es termófilo, se desarrolla a temperaturas más altas.
Por un lado, el kéfir es el conjunto de gránulos que se utilizan para fermentar el medio en el que se pone en contacto, sea leche o agua, de ahí a que podamos encontrar tanto kéfir de leche como kéfir de agua. Para su elaboración se emplea el hongo kéfir, este contiene una mezcla de bacterias y levaduras que contienen una muy baja proporción de alcohol, por lo que su fermentación es lacto- alcohólica. El kéfir puede contener bacterias como la Streptococcus casei, Streptecoccus lactis, Streptococcus cremoris, Streptococcus acidophilus o Kluyveromyces marxianus.
Por otro lado, para la elaboración del yogur se hace uso de unas bacterias de las familias Actobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus y su fermentación es láctea.La elaboración del kéfir resulta muy simple y además se puede hacer de manera fácil en casa, para ello se mezclan los gránulos de kéfir (grupo de levaduras y lactobacilus), también llamados búlgaros, con la leche. Estos granos tienen un aspecto gelatinoso y se asemejan a un racimo de coliflor. Se deja fermentar unas 24 horas y luego se cuela.

Por otro lado, la elaboración del yogur también es simple pero requiere de algo más de técnica. Solo se necesita la leche y los fermentos lácticos, pero hay que ir controlando la temperatura de la leche, calentarla y luego dejarla enfriar. Actualmente es extremadamente fácil, es suficiente usar un poco de yogur industrial y las famosas yogurteras.
A pesar de presentar cualidades nutricionales realmente similares, la variedad de microorganismos que actúan en la fermentación del kéfir es más amplia que la del yogur, por eso este producto es tan interesante a nivel nutricional. El kéfir tiene una ventaja sobre el yogur, y es que no se puede someter a una segunda pasteurización después de su fermentación, como sí ocurre con los yogures.
Esto significa que si se realiza una segunda pasteurización cambian sus propiedades porque los microorganismos que se forman no resisten las altas temperaturas de este proceso, por lo tanto, estos yogures no contienen microorganismos vivos y son menos interesantes a nivel nutricional en comparación con el kéfir. El kéfir cuenta con entre 10 y 40 cepas de probióticos, mientras que el yogur entre 4 y 6 cepas.
Sabor
Si has probado alguna vez el kéfir, habrás notado que este presenta un sabor más intenso, con toques ácidos y agrios, mientras que el yogur tiene una tonalidad de sabor más suave, es por ello por lo que algunos se decantan por el sabor del yogur. A algunas personas les gusta mezclar ambos ingredientes para paliar la acidez del kéfir, algo totalmente compatible y que será una buena forma de aprovechar las propiedades de ambos alimentos. Eso sí, siempre es recomendable que ambos ingredientes sean naturales, ya que en el mercado puedes encontrar versiones procesadas del kéfir y el yogur, que son versiones industriales poco saludables.
Textura
A la hora de hablar de las diferencias en apariencia entre kéfir y yogur, lo primero que se puede apreciar es que la textura del yogur es más densa y cremosa, mientras el kéfir presenta una composición más líquida.
Consumo

Si hablamos del consumo de ambos ingredientes, vemos que presentan cualidades similares, por lo que, a pesar de que el kéfir pueda presentar mejores cualidades nutricionales que el yogur, ambos se pueden tomar de manera similar. Quedarán estupendamente si se combinan con fruta, frutos secos y semillas, además son ideales para tomar en cualquier momento del día, tanto como desayuno, como merienda o como postre durante la comida o la cena. Pero ambos alimentos son buenos y saludables para nuestro cuerpo.
Todas las personas, desde niños a personas mayores, pueden disfrutar del kéfir y el yogur sin ningún inconveniente, tan solo los bebés no deben consumir ni kéfir ni yogur hasta rondar su primer año de vida (9 o 10 meses). Hasta esa edad su sistema digestivo no está lo suficientemente maduro para poder digerirlos adecuadamente.
Beneficios del Kéfir y del Yogur
Sobre el beneficio de ambos ingredientes podemos decir que tanto el kéfir cono el yogur presentan cualidades muy similares, ambos son productos probióticos, lo que significa que ambos contienen microorganismos vivos que producen un efecto positivo sobre el microbiota intestinal, ayudando a un correcto funcionamiento del organismo.