El ajo cambia de sabor según cómo lo cortes: elije el mejor corte para cada receta
Curiosidades
El corte del ajo cambia aroma, intensidad y sabor, ¡aprende a usar cada uno!
El ajo lo usamos a diario y aunque parece un ingrediente simple y básico, la verdad es que puede cambiar por completo el resultado de un plato por el simple hecho de cómo lo cortamos. Sí, sí, ¡por cómo lo cortamos! Y es que, podemos hacer que quede más suave y dulce o que, por el contrario, tenga un sabor más intenso y protagonista en el plato según lo piquemos, prensemos, laminemos… ¿No te lo crees? ¡Te lo explicamos! ;)
La ciencia detrás del asunto es sencilla. Cuando el ajo se rompe, corta o machaca, libera alicina, un compuesto responsable del olor y sabor intenso. Cuanto más lo agredes, por así decirlo, más alicina se activa y, por lo tanto, más intenso nos resulta su sabor. Por eso un diente entero y uno rallado parecen alimentos diferentes, ya que la intensidad y matices en su sabor, no son los mismos. Y ahí está, precisamente, la clave para mejorar cualquier receta.
Vamos a ver cómo cambia el sabor del ajo según el corte, para qué sirve cada versión y en qué platos encaja más. Prepárate, porque esto te va a solucionar salteados, salsas, untables y hasta tu próximo hummus. Esto te interesa ¡y mucho! ¡Vamos al lío! ;)
Cómo cambia el sabor del ajo según el corte
La textura y el sabor del ajo dependen directamente de cómo lo cortes. Cada corte no solo altera su potencia de sabor, sino que también el cómo se integra con los demás ingredientes de la receta. Estos son los cortes más comunes y sus usos en la cocina:
Ajo entero
Si quieres un ajo que aporte sabor sin tener demasiado protagonismo en el plato, el ajo entero es una buenísima opción.
- Sabor suave y dulce.
- Ideal para preparar caldos, fondos, salsas largas y asados.
Ten en cuenta que el ajo entero libera su aroma muy lentamente, por lo que resulta perfecto para cocciones largas.
Ajo picado
Picarlo maximiza su potencia y su impacto en el plato, haciendo que resulte más protagonista.
- Sabor fuerte.
- Ideal para utilizar en adobos, marinadas y guisos.
Picando el ajo, conseguimos que libere más alicina, consiguiente un sabor mucho más intenso que tanto nos gusta en nuestra cocina. El ajo, ¡que se note! ;)
Ajo laminado
Otro de los cortes más recurridos es el de láminas finas que se cocinan rápido y liberan aroma equilibrado.
- Sabor equilibrado.
- Ideal para añadir a pastas, wok, pescados y salteados.
De esta manera, el ajo dora rápido y perfuma la comida de manera equilibrada y muy agradable para con el resto de los ingredientes.
Resulta perfecto para platos que se cocinan rápido, pero también para aromatizar un aceite que agreguemos sobre preparaciones concretas, como la coliflor al horno en modo de aliño.
Ajo machacado
Machacarlo es una forma que utilizamos poco, ¡pero nos encanta! De este modo conseguimos despertar su aroma, pero sin que llegue a resultar agresivo.
- Sabor medio y aromático.
- Ideal para vegetales, saltear o aromatizar aceites.
Lo mejor de machacarlo es que podemos disfrutarlo con más aroma, no obstante, de manera comedida, sin que llegue a eclipsar el resto de los sabores. En definitiva, se podría decir que es ideal para cuando quieres un toque de ajo sin que domine todo el sabor de la receta.
Ajo rallado o en pasta
Rallar o hacer pasta con el ajo hace que se concentre todo su aroma y sabor, perfecto para integrar en cremas o salsas y hacerlas más sabrosas sin que se note su textura.
- Sabor muy fuerte y profundo.
- Ideal para utilizar en salsas, cremas untables (como el hummus), mantequillas saborizadas…
Lo más atractivo de este modo de preparar el ajo es que se mezcla con todo el plato, por eso nos parece un imprescindible en texturas cremosas como salsas espesas o hummus. Pruébalo de este modo y verás cómo mejora su resultado.
Ajo dorado o ajo confitado
Dorado en aceite, el ajo se vuelve dulce y crujiente. Su mejor versión para coronar cualquier plato y elevarlo a otro nivel.
Al cocinarlos en el aceite, conseguimos que los dientes de ajo se caramelicen y pierdan así esa agresividad que tanto los caracteriza. Con un sabor más suave y dulce, quedan increíblemente deliciosos como “decoración sobre algunos platos. Decoración que nos pensamos comer, obvio.
Ajo en polvo
El ajo polvo es cómo y rápido de usar, pero es que, además, aporta aroma sin cambiar la textura de la receta.
- Sabor intenso y seco.
- Ideal para sazonar carnes o pescados, marinados, utilizar en snacks o incluir en mezclas de especias.
Aprovecha que el formato de polvo, el ajo en este caso no aporta textura, pero sí concentra el aroma propio del ingrediente y de manera intensa y concentrada. Funciona especialmente bien para especiar carne, pollo o pescado antes de cocinarlo o para preparar marinadas rápidas.
Cómo elegir el corte según el plato
No todos los ajos son iguales para cada preparación. El truco está en pensar en el tiempo de cocción y en la intensidad de sabor que quieres. Es decir, si tu plato va a hervir largo tiempo, un ajo entero aportará un toque de dulzura; si quieres un golpe potente en crudo, como en el caso de un hummus, por ejemplo, opta por el ajo rallado o en pasta.