Receta griega
Saganaki
Crujiente por fuera y cremosa por dentro, descubre esta receta de sabor mediterráneo que conquistará a toda amante del queso. A pesar de su sabor tan característico, la verdadera clave de esta receta está en la textura.
Te explicamos paso a paso cómo preparar la versión original de la receta griega, qué tipo de queso escoger y cómo acompañarla para disfrutarla en su mejor versión.

Si eres amante del queso y te gusta probar nuevas recetas (que resulten sencillas) ¡el saganaki griego es para ti! Este plato tradicional del Mediterráneo combina simplicidad, textura y mucho sabor.
Aunque en Grecia se utilizan varios tipos de quesos autóctonos como el kefalotyri o el graviera para hacerlo, en esta versión casera optamos por el queso feta, un tipo de queso de textura firme similar a los anteriores, pero mucho más accesible. Tranquila, resulta igualmente ideal para lograr esa combinación que buscamos en el saganaki de crujiente exterior e interior cremoso.
Típica de las tabernas griegas, lo mejor es que resulta una receta fácil y rápida que podemos tener lista en sólo unos pocos minutos y con muy sencillos pasos. Te damos las claves para conseguir ese efecto crujiente en el exterior del queso sin que se funda.
Asimismo, existen varias versiones de la receta y, aunque te traemos la original, en los consejos y trucos hablamos de dichas adaptaciones y cómo se ha venido personalizando para conseguir distintos resultados. Sea la versión que sea, te recomendamos mucho servirlo como entrante en una cena para invitados acompañado de limón o con un toque de miel y frutos secos.
Índice de contenidos
Ingredientes

-
75 gramos de queso feta
-
2 cucharadas de harina
-
aceite de oliva para freír
-
1 limón (opcional)
-
1 cucharada de perejil fresco picado
Raciones
1
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
5 m
Cocinado
15 m
Tiempo total
20 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
Cantidad | % | |
---|---|---|
Energía | 357,64 kcal | 17,88% |
Proteína | 13,71 g | 18,28% |
Hidratos de carbono | 29,46 g | 10,71% |
Azúcares | 3,14 g | 6,28% |
Grasa total | 17,11 g | 21,9% |
Grasa saturada | 14,41 g | 78,87% |
Grasa polisaturada | 0,59 g | 5,36% |
Grasa monosaturada | 3,96 g | 9% |
Colesterol | 66,75 mg | 22,25% |
Fibra | 1,12 g | 3,73% |
Sal | 2,1 g | 42% |
Sodio | 0,85 g | 0,03% |
Calcio | 347,73 mg | 28,98% |
Yodo | 0,22 mcg | 0,15% |
Hierro (hombres) | 0,84 mg | 8,4% |
Hierro (mujeres) | 0,84 mg | 4,67% |
Alérgenos


Paso a paso
Pintamos ligeramente los 75 g de queso feta con agua, procurando humedecer toda su superficie. Este paso, aunque simple, resulta esencial para que la harina se adhiera bien al queso y quede crujiente y no se rompa al freírlo.

Enharinamos el queso feta con 2 cucharadas de harina, asegurándonos de que quede bien cubierto por todos lados. Retira el exceso de harina para evitar que se queme al freírlo en la sartén.

Calentamos en una sartén antiadherente suficiente aceite de oliva virgen extra como para cubrir bien la base. Debe estar caliente, pero no humeante.
Colocamos el queso con cuidado en la sartén y lo doramos a fuego medio-alto durante 2 minutos por cada lado, hasta que esté totalmente dorado. No lo muevas demasiado ni le des demasiadas vueltas para evitar que se rompa.

Una vez listo, retiramos de la sartén y lo colocamos sobre papel de cocina para dejar escurrirel exceso de aceite.

Servimos el saganaki con 1 cucharada de perejil fresco picado y un limón cortado por la mitad para exprimirlo al gusto justo antes de comer el queso frito. El contraste entre el rebozado crujiente, su interior cremoso y el toque ácido del limón resulta irresistible.

Consejos y trucos
Antes de empezar con la receta, saca el queso feta del frigorífico y déjalo reposar unos minutos a temperatura ambiente para que no esté demasiado frío en el momento de freírlo. Este sencillo paso favorecerá que se dore de forma más uniforme y evitará que se agriete o rompa con el contraste de calor.
Se llama saganaki a la receta griega que fríe cualquier “queso firme. Así como suelen utilizarse quesos griegos como el kefalotyri, graviera,provelone o pecorino, el más fácil de encontrar en nuestros supermercados es el queso feta. Éste se caracteriza por una textura similar a los anteriores, por lo que quedará igualmente tostado por el exterior y cremoso por dentro al freírlo.
Mojamos con agua el queso feta para que se pegue mejor la harina a toda su superficie. En otras versiones, sin embargo, encontramos que se sustituye el agua por huevo, aunque, la receta original se viene haciendo con agua y así lo hemos hecho nosotras.
Al utilizar huevo para el rebozado, conseguimos una corteza demasiado gruesa para nuestra opinión.
Usa un aceite de oliva suave y de buena calidad si no quieres que se note tanto su sabor. Recuerda que no es necesario que el queso “nade en aceite al freírlo en la sartén, sino que, con que la base de la sartén esté bien cubierta, es suficiente.
El nombre de saganaki viene de la sartén de dos asas dondese cocinan múltiple de alimentos, pero la receta más conocida es la de queso griego. Lo ideal es utilizar una sartén antiadherente o una sartén de hierro pequeña para hacer esta receta, similares al tradicional saganaki de dos asas.
Evita cocinar demasiado el queso. En caso de dejarlo durante excesivo tiempo en la sartén, el queso puede fundirse y perder su forma. Dos minutos por lado serán suficientes.
Con qué acompañar el saganaki
Tradicionalmente se sirve el saganaki con limón para exprimir por encima y perejil, aunque tomillo u orégano son opciones válidas. Otras variaciones serían con miel y frutos secos o flambeado con brandy.
En la mesa, junto con otros entrantes como los tomates Cherry confitados serán un acierto seguro.