Rosquillas de San Isidro, las tradicionales rosquillas listas y tontas madrileñas

Las rosquillas de San Isidro son una de las delicias más representativas de la festividad madrileña que se celebra cada 15 de mayo en honor a San Isidro Labrador, patrón de la ciudad de Madrid.
Aunque estas pastas datan del siglo XV, fue una mujer conocida como Tía Javiera quien las popularizó al venderlas por las calles de Madrid, convirtiéndose en un símbolo de la celebración.
Hoy en día, las rosquillas de San Isidro se pueden adquirir tanto en confiterías como en los típicos puestos callejeros que llenan de color y sabor las calles madrileñas durante la festividad.
Existen varias variedades, pero las más tradicionales son las rosquillas tontas y las rosquillas listas. ¡Te explicamos más en los consejos y trucos! Bajo el paso a paso de la receta.
Índice de contenidos
Ingredientes

Para 12 rosquillas:
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1 cucharada de semillas de anís verde
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50 mililitros de aceite de oliva
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1/2 limón (la piel)
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1/2 naranja (la piel)
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300 gramos de harina de repostería
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1 pizca de sal
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60 gramos de azúcar
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1 cucharadita de impulsor químico
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2 huevos XL
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2 cucharadas de licor de anís
Para el almíbar:
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100 gotas de azúcar
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150 mililitros de agua
Para la glasa:
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125 gramos de azúcar glas
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2 cucharaditas de zumo de limón
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colorante alimentario amarillo
Raciones
12
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
30 m
Cocinado
45 m
Tiempo total
1 h 15 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
Cantidad | % | |
---|---|---|
Energía | 278,86 kcal | 13,94% |
Proteína | 4,13 g | 5,51% |
Hidratos de carbono | 45,3 g | 16,47% |
Azúcares | 25,1 g | 50,2% |
Grasa total | 7,1 g | 9,09% |
Grasa saturada | 0,68 g | 3,72% |
Grasa polisaturada | 0,88 g | 8% |
Grasa monosaturada | 3,89 g | 8,84% |
Colesterol | 61,5 mg | 20,5% |
Fibra | 0,85 g | 2,83% |
Sal | 1,2 g | 24% |
Sodio | 0,02 g | - |
Calcio | 12,33 mg | 1,03% |
Yodo | 3,25 mcg | 2,17% |
Hierro (hombres) | 1,67 mg | 16,7% |
Hierro (mujeres) | 1,67 mg | 9,28% |
Alérgenos


Paso a paso
Para comenzar a hacer las rosquillas de San Isidro, tanto las tontas como las listas, empieza por preparar la masa. En una sartén, tuesta 1 cucharada de semillas de anís verde. Cuando estén tostadas, añade 50 ml de aceite de oliva y apaga el fuego. Incorpora también la piel de 1/2 limón y la piel de 1/2 naranja. Deja que todo infusione hasta que se enfríe.

Mientras se enfría el aceite, coloca en un bol 300 g de harina de repostería, una pizca de sal, 60 g de azúcar, 1 cucharadita de impulsor químico, 2 huevos XL y 2 cucharadas de licor de anís. Quita las pieles del limón y la naranja del aceite y añade también el aceite con las semillas de anís al bol para formar la masa.

Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa lisa y sin grumos. Luego, cubre la masa y refrigérala durante media hora para que repose.

Precalienta el horno a 200ºC. Divide la masa en 12 porciones de aproximadamente 48-50 g cada una. Forma una bola con cada porción, luego estírala para hacer una tira. Después, dobla la tira para formar la rosquilla, sellando bien los bordes. Pinta las rosquillas con huevo batido antes de hornearlas.

Hornea las rosquillas durante 12-15 minutos a 200ºC, hasta que estén doradas por encima y cocinadas por debajo.

Mientras se hornean las rosquillas, prepara un almíbar con 100 g de azúcar y 150 ml de agua. Cocina hasta que el azúcar se disuelva por completo, luego resérvalo para que se enfríe.
Por otro lado, prepara la glasa mezclando 150 g de azúcar y 2 cucharadas de zumo de limón. Divide la glasa en dos partes: a una añade una cucharada de agua para hacerla más ligera, y a la otra, colorante amarillo.
Una vez las rosquillas estén frías, guarda algunas para dejarlas tal cual (estas serán las rosquillas tontas). Con el resto, pásalas primero por el almíbar, deja que se sequen un poco, luego cubre con la glasa ligera.
Espera a que se seque un poco más y, por último, decora con la glasa espesa y amarilla (estas serán las rosquillas listas).

¡Y listo! Sirve y disfruta de las tradicionales rosquillas de San Isidro.

Consejos y trucos
Existen varias variedades, pero las más tradicionales son las rosquillas tontas y las rosquillas listas.
Las primeras, las tontas, son las más sencillas: llevan una masa común, se pintan con huevo antes de hornearlas y se presentan en forma de pequeños círculos dorados.
Las rosquillas listas, por su parte, son una versión más elaborada, ya que se bañan en almíbar, se cubren con una glasa ligera y, finalmente, se decoran con otra capa de glasa de limón, lo que les da un toque dulce y refrescante.
Además, en la actualidad, las rosquillas listas se pueden encontrar en sabores variados como chocolate, fresa o café, ofreciendo una versión moderna de la receta tradicional.
Otra variante popular durante las festividades son las rosquillas de Santa Clara, que se caracterizan por llevar una capa de merengue que se seca en el horno, añadiendo una textura crujiente y un sabor dulce que también atrae a quienes celebran esta festividad tan especial.
Y no podemos olvidar las rosquillas francesas, una variedad que se distingue por su cobertura de almendras y azúcar glas, lo que les da un sabor suave y delicado. Sin duda, las rosquillas de San Isidro son una tradición que sigue viva, llenando de sabor y alegría las fiestas madrileñas.
Para dar un toque más especial a tus rosquillas, puedes aromatizar el aceite con piel de limón y naranja. Simplemente calienta el aceite junto con las pieles de ambas frutas y deja que infusione durante unos minutos. Esto dará a tus rosquillas un sabor más profundo y fresco que las hará aún más sabrosas.
Las semillas de anís son uno de los ingredientes clave en las rosquillas, pero para potenciar su sabor, es recomendable tostarlas ligeramente antes de incorporarlas a la masa. Al calentarlas en una sartén sin aceite, liberarás sus aceites esenciales, lo que intensificará su aroma y sabor en las rosquillas.
Las rosquillas de San Isidro se pueden hacer con varios días de antelación, lo que las convierte en una opción práctica para las celebraciones. Una vez que estén bien enfriadas, guárdalas en una caja de lata para mantenerlas frescas y crujientes. Así podrás disfrutarlas durante varios días sin que pierdan su sabor y textura.