Rosquillas de San Blas: La receta original vasca

El 3 de febrero se celebra el Día de San Blas en el País Vasco, en Bizkaia más concretamente. Para celebrarlo, os traemos una de las recetas más típicas de esta fecha, ¡las rosquillas de San Blas! Hechas con anís y con ese glaseado por encima, ¡os sorprenderán!
Estas rosquillas de anís glaseadas son muy diferentes a otro tipo de rosquillas que hemos probado. Su masa es crujiente en lugar de esponjosa y sin el glaseado no son especialmente dulces. Predomina el sabor del anís, eso sí, también presente en el glaseado como luego veréis.
Si os gustan las rosquillas de anís y descubrir nuevas recetas, en este caso una de las recetas vascas más apreciadas, ¡no os perdáis cómo hacer rosquillas de San Blas! Además, están hechas en el horno, por lo que resultan más sanas al no freírlas en aceite y sin la levadura entre sus ingredientes, ¡veréis qué rápidas son de hacer sin tiempos de reposo de la masa!
Índice de contenidos
Ingredientes
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250 gramos harina de repostería
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1 cucharada de azúcar
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1 cucharada de anís
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3 huevos
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60 mililitros de aceite de oliva virgen extra
Para el glaseado de las rosquillas:
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2 claras de huevo
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200 gramos de azúcar glas
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1 chorro de anís
Raciones
6
Coste
Bajo
Dificultad
Media
Preparación
30 m
Cocinado
30 m
Tiempo total
60 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
Cantidad | % | |
---|---|---|
Energía | 486,25 kcal | 24,31% |
Proteína | 8,24 g | 10,99% |
Hidratos de carbono | 77,01 g | 28% |
Azúcares | 44,82 g | 89,64% |
Grasa total | 14,05 g | 17,98% |
Grasa saturada | 2,25 g | 12,32% |
Grasa polisaturada | 1,75 g | 15,91% |
Grasa monosaturada | 7,78 g | 17,68% |
Colesterol | 123 mg | 41% |
Fibra | 1,36 g | 4,53% |
Sal | 0,06 g | 1,2% |
Sodio | 0,06 g | 0% |
Calcio | 24,19 mg | 2,02% |
Yodo | 6,40 mcg | 4,27% |
Hierro (hombres) | 2,2 mg | 22% |
Hierro (mujeres) | 2,2 mg | 12,22% |
Alérgenos


Paso a paso
Hacer las tradicionales rosquillas de San Blas es más fácil de lo que parece. ¡Ya verás!
El primero paso será encender el horno a 165ºC para que vaya calentando mientras preparamos la masa de las rosquillas. ¿Listo? ¡Pues vamos con la masa!
Masa de rosquillas caseras
Bate los huevos en un bol grande y agrega el aceite mientras sigues batiendo. Vierte también el anís y el azúcar. Sigue batiendo para integrarlos y termina por añadir, poco a poco, la harina. Mezcla hasta obtener una masa manejable y ¡pasa a amasarla con las manos!
Enharina una superficie para que no se quede pegada y ¡a amasar se ha dicho! ;) Amasa durante aproximadamente 10 minutos para que quede bien homogénea e integrada la harina.
Cómo hacer rosquillas
Engrasa una superficie plana y parte una porción de la masa para hacer una rosquilla. Engrásate también las manos si ves que se te queda pegada la masa a ellas.
Estira la porción de la masa haciendo una clase de churro y junta ambos extremos para hacer la forma redonda de la rosca. Repite el proceso hasta terminar la masa.
Ve colocando las rosquillas ya preparadas para hornear sobre una bandeja con papel de horno o, en su defecto, engrasada con aceite y enharinada. Respeta el espacio entre ellas.
Con todas las rosquillas ya hechas y sobre la bandeja, introdúcelas en el horno precalentado 20 minutos a 165ºC.
Glaseado de las rosquillas de San Blas
Monta las claras y mientras estás batiéndolas, ve agregándoles el azúcar glas, poco a poco, a cucharadas e integrando bien antes de añadir más. Añade también un chorrito de anís. La textura resultará entre cremosa y líquida.
Agrega el glaseado sobre la parte superior de las rosquillas.
Hay quién sumerge las rosquillas completas en el glaseado, pero con cubrir una parte de ellas ya es suficiente para nuestro gusto. De hecho, así son las tradicionales, solo con la parte superior glaseada.
Deja que reposen para que el glaseado se endurezca ¡y listo!
Lo ideal es dejar que reposen este tiempo sobre una rejilla para que se sequen también por la parte inferior y queden debidamente crujientes.
Sirve y disfruta de las originales rosquillas de San Blas ¡hechas en casa! Quedan espectaculares, ¡ya veréis!
Historia de las rosquillas de San Blas:
Historia de las rosquillas de San Blas
Las rosquillas de San Blas deben su nombre, precisamente, a la festividad de San Blas que se celebra cada año el 3 febrero en el País Vasco.
Tan típicos como las rosquillas, durante este día lo grandes protagonistas son en realidad los cordones de San Blas. ¿Habéis escuchado hablar de ellos? Se tratan de coloridos cordones bendecidos para proteger a quién lo vista de las afecciones de garganta. La tradición marca que el cordón tendrá que llevarse durante 9 días, hay quienes lo llevan durante 12 días, para luego quemarlo y deshacerse y protegerse así de los males de garganta.
Esta facultad de proteger la garganta de enfermedades se le atribuye también a las rosquillas bendecidas de San Blas. Previo a la invención de las vacunas, popularmente se guardaban estas rosquillas de anís en las alacenas de las casas para prevenir y curar la garganta.
Curiosamente, una de las propiedades principales del anís estrellado es que nos ayuda a combatir los resfriados, las congestiones y las gripes. Sus propiedades antibacterianas nos ayudan a limpiar las vías respiratorias, por lo que ante la falta de la medicina moderna, el anís era uno de los remedios naturales más valorados ante estas afecciones y, en consecuencia, ante los dolores de garganta.
Consejos y trucos
¿No llevan levadura las rosquillas de San Blas?
La base de las rosquillas se trata de una masa seca. Nosotras la preparamos con la receta más tradicional en la que no se le añade levadura, no obstante, hoy en día, se le suele agregar levadura a la masa y se espuman los huevos para que quede una masa algo más ligera todavía, como la de una galleta. En estas recetas más actualizadas, incluso se sustituye el aceite por mantequilla. ¡A vuestro gusto!
¿En qué se diferencian las rosquillas de San Blas?
La masa de estas rosquillas del País Vasco es muy diferente a lo que se acostumbra generalmente en otras reposterías tradicionales.
Lejos de ser esponjosas, su textura es más bien crujiente al no incluir levadura entre sus ingredientes, así como no tener casi azúcar, hacen que el glaseado que se le añade por encima tome más protagonismo al ser el principal sabor del postre.
Una cosa que nos encanta de esta receta es que las rosquillas de San Blas se hacen al horno en lugar de fritas, como tan habitual es en otras preparaciones del estilo. De esta manera, tienen muy poca grasa y resultan más sanas y ligeras.