Pan de leche, un bollo estilo brioche tierno y esponjoso

El pan de leche es un bollo tierno y esponjoso, perfecto para el desayuno o la merienda.
Su masa lleva un toque de azúcar, pero no en exceso, lo que lo hace ideal para rellenar con ingredientes dulces o salados. Desde chocolate y mermelada hasta queso y embutidos, su versatilidad permite adaptarlo a cualquier gusto.
Son perfectos para los más pequeños, ya que se pueden llevar fácilmente al colegio o disfrutar en cualquier momento del día.
Prepararlos en casa es sencillo y garantiza un resultado delicioso, suave y lleno de sabor.
Índice de contenidos
Ingredientes

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20 gramos de levadura fresca de panadero
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250 mililitros de leche entera
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500 gramos de harina de fuerza
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50 gramos de azúcar
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1 cucharadita de sal
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1 huevo
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50 gramos de mantequilla
Raciones
12
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
30 m
Cocinado
2 h 15 m
Tiempo total
2 h 45 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
Cantidad | % | |
---|---|---|
Energía | 218,55 kcal | 10,93% |
Proteína | 6,91 g | 9,21% |
Hidratos de carbono | 38,16 g | 13,88% |
Azúcares | 6,23 g | 12,46% |
Grasa total | 6,1 g | 7,81% |
Grasa saturada | 2,98 g | 16,31% |
Grasa polisaturada | 0,41 g | 3,73% |
Grasa monosaturada | 1,75 g | 3,98% |
Colesterol | 35,62 mg | 11,87% |
Fibra | 1,36 g | 4,53% |
Sal | 1,6 g | 32% |
Sodio | 0,12 g | 0% |
Calcio | 39,59 mg | 3,3% |
Yodo | 3,45 mcg | 2,3% |
Hierro (hombres) | 0,58 mg | 5,8% |
Hierro (mujeres) | 0,58 mg | 3,22% |
Alérgenos



Paso a paso
Para hacer pan de leche, lo primero que debes hacer es disolver 20 g de levadura fresca de panadería en un poco de leche tibia.
Separa 2 o 3 cucharadas de los 250 ml de leche que vas a utilizar en total y usa esta cantidad para disolver la levadura, asegurándote de que no queden grumos. Resérvala unos minutos para que se active.

En un bol grande o en el bol de la amasadora, mezcla 500 g de harina de fuerza, 50 g de azúcar y 1 cucharadita de sal. Remueve bien para distribuir la sal, ya que, si entra en contacto directo con la levadura, puede afectar su capacidad de fermentación.
Haz un volcán con los ingredientes secos y vierte en el centro el resto de la leche tibia junto con la levadura disuelta.

Si usas una amasadora, coloca el gancho y comienza a mezclar a velocidad media hasta integrar los ingredientes. Luego, añade 1 huevo y sigue mezclando hasta que se incorpore completamente.
Amasa a velocidad baja durante 3 o 4 minutos y luego incorpora 50 g de mantequilla en punto de pomada. Continúa trabajando la masa, primero a velocidad media hasta que la mantequilla se absorba por completo, y luego a velocidad baja durante unos 4 o 5 minutos más, hasta obtener una masa elástica y brillante.
Si haces el amasado a mano, el proceso será más largo, aproximadamente el doble del tiempo indicado.

Lleva la masa a una superficie ligeramente enharinada y realiza 3 o 4 pliegues hasta formar una bola.
Engrasa un bol con un poco de aceite y coloca la masa dentro. Cúbrela con un paño limpio y déjala reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora y media, o hasta que doble su volumen.
Aprovecha este tiempo para precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.

Cuando la masa haya levado, divídela en 12 porciones de unos 75 g cada una y forma los panecillos alargados. Cubre los panecillos y deja que reposen durante 30 minutos más.
Haz tres cortes longitudinales en cada panecillo con una cuchilla bien afilada y luego píntalos con leche para darles un acabado brillante.

Hornea los panecillos durante 15 minutos o hasta que estén dorados y con una textura esponjosa.

Una vez listos, pásalos a una rejilla para que se enfríen por completo. ¡Ahora sólo queda disfrutar del pan de leche como más te guste!

Consejos y trucos
Puedes adaptar la receta fácilmente si sigues una dieta sin lactosa, sustituyendo la leche por una versión sin lactosa o por una leche vegetal, como la de almendra o avena. Si prefieres una versión más ligera, usa leche desnatada para reducir la cantidad de grasa.
Aunque los panecillos alargados son los más tradicionales, también puedes darles otras formas. Quedan deliciosos en versión bollos de leche redondos o incluso como pan de molde, perfecto para rebanar y tostar.
Dale un toque especial a la masa añadiendo ralladura de naranja o limón, esencia de vainilla, canela o cardamomo. También puedes incorporar pepitas de chocolate o frutos secos para una versión más golosa.
Si haces una gran cantidad, puedes congelarlos una vez fríos. Solo tienes que sacarlos con antelación y dejarlos a temperatura ambiente o darles un golpe de calor en el horno o la tostadora para que recuperen su textura esponjosa.
Si te sobran, no te preocupes. De un día para otro siguen estando deliciosos, sobre todo si los tuestas ligeramente y los sirves con mantequilla, mermelada o cualquier otro relleno.