Receta fácil
Almejas al vapor
Almejas al vapor caseras jugosas y aromáticas listas en pocos minutos
Las almejas al vapor son un aperitivo sencillo, rápido y lleno de sabor que nunca falla para abrir el apetito.
Prepararlas apenas requiere esfuerzo: con un buen puñado de almejas frescas, un poco de perejil, y algo de limón, en pocos minutos tenemos un plato delicioso. Al cocerse al vapor, las almejas mantienen toda su jugosidad natural y desprenden un caldo sabroso que invita a mojar pan.
Son ideales como entrante en Navidad o cualquier comida especial o simplemente para disfrutar de un capricho marinero cualquier día. Su simplicidad es parte de su encanto: pocos ingredientes, poco tiempo y un resultado espectacular.
Índice de contenidos
Ingredientes
-
600 gramos de almejas
-
1 cucharada de sal gorda
-
perejil
-
limón
Raciones
2
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
30 m
Cocinado
5 m
Tiempo total
35 m
Alérgenos
Moluscos
Paso a paso
Para preparar unas deliciosas almejas al vapor, comienza lavándolas bajo el chorro de agua fría. A continuación, coloca en un bol una cucharada de sal gorda y cúbrela con agua fría. Introduce las almejas y déjalas reposar para que purguen y eliminen la arena que puedan contener.
Utiliza una sartén amplia, lo suficiente para que las almejas queden en una sola capa y se cocinen de manera uniforme. Es importante que tenga tapa: el vapor será el encargado de abrirlas, y si la tapa es transparente, mejor aún, ya que podrás ver exactamente cuándo se abren.
Calienta la sartén, saca las almejas del bol con cuidado, sin remover demasiado para no arrastrar la arena depositada en el fondo, y colócalas en la sartén.
Tapa la sartén y cocina las almejas a fuego fuerte hasta que se abran, lo que tomará entre 1 y 2 minutos.
Retira la sartén del fuego y pasa las almejas, junto con su jugo, a una bandeja o plato. Termina espolvoreando perejil picado y, si lo deseas, añade un chorrito de zumo de limón para darles un toque fresco.
Consejos y trucos
Limpia muy bien las almejas antes de cocinarlas. Déjalas en agua fría con sal para que purguen toda la arena, e incluso cambia el agua una o dos veces si puedes. Encontrarse un grano de arena en un bocado es muy desagradable, así que este paso es esencial.
Asegúrate de que la sartén esté muy caliente antes de poner las almejas. El calor fuerte hace que se abran rápido y que se cocinen de forma uniforme sin perder jugosidad.
Cuécelas solo el tiempo justo. En cuanto veas que comienzan a abrirse, retíralas del fuego inmediatamente. Una cocción excesiva las endurece y les quita su textura tierna.
Puedes añadir un toque muy suave de pimienta o un chorrito mínimo de limón para realzar el sabor, pero siempre con moderación. Lo importante es respetar y disfrutar el sabor a mar de las almejas, que es su mayor encanto.
No desperdicies el jugo que sueltan al abrirse. Ese caldo natural es delicioso y perfecto para servir junto a las almejas, mojar pan o incluso aprovecharlo en otras preparaciones marineras.