Gachas manchegas, la receta tradicional con la textura perfecta

Las gachas manchegas son uno de esos platos tradicionales que, si los pruebas una vez, no se te olvidan.
También se conocen como gachas de pitos o titos, por el nombre que recibe la harina con la que se preparan, aunque su nombre más común es harina de almortas. La almorta es una legumbre que se muele en molinos de piedra hasta obtener una harina fina, la base de estas gachas.
¿El resultado? Una especie de papilla espesa y contundente que se enriquece con productos del cerdo como panceta y chorizo, además de ajos y pimentón, dos ingredientes que no pueden faltar en la cocina manchega. Para darle un toque crujiente, también se pueden añadir costrones de pan frito.
En casa hemos comido muchas gachas y siempre han sido un plato de reunión, de esos que unen a la gente alrededor de la sartén. Se sirven así porque es la forma más auténtica de disfrutarlas: la sartén se coloca en el centro y cada uno se acerca, da un paso adelante para coger su cucharada con su buen tropezón y un paso atrás para dejar sitio al siguiente.
Eso sí, cada cual come de su lado, que el protocolo manda. Pero si prefieres saltarte la norma y servirlas en platos, nadie te va a mirar mal... o eso creemos.
Índice de contenidos
Ingredientes

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2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
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4 dientes de ajo
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2 lonchas gruesas de panceta
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1 rebanada de pan
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1 chorizo ahumado
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150 gramos de harina de almortas
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1 cucharadita de pimentón dulce
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700 mililitros de agua
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sal
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
10 m
Cocinado
20 m
Tiempo total
30 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
Cantidad | % | |
---|---|---|
Energía | 459,32 kcal | 22,97% |
Proteína | 23,5 g | 31,33% |
Hidratos de carbono | 29,38 g | 10,68% |
Azúcares | 1,26 g | 2,52% |
Grasa total | 27,63 g | 35,36% |
Grasa saturada | 8,88 g | 48,58% |
Grasa polisaturada | 6,25 g | 56,82% |
Grasa monosaturada | 12,41 g | 28,2% |
Colesterol | 25,58 mg | 8,53% |
Fibra | 3,05 g | 10,17% |
Sal | 2,2 g | 44% |
Sodio | 0,51 g | 0,03% |
Calcio | 39,96 mg | 3,33% |
Yodo | 8,96 mcg | 5,97% |
Hierro (hombres) | 2,76 mg | 27,6% |
Hierro (mujeres) | 2,76 mg | 15,33% |
Alérgenos


Paso a paso
Comienza a preparar las gachas manchegas calentando 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra en una sartén honda. Añade 4 dientes de ajo sin pelar, con un corte por la mitad, y fríelos a fuego medio-bajo para que se confiten lentamente.
Mientras tanto, corta en trozos de bocado 2 lonchas gruesas de panceta. Sube el fuego y fríe la panceta junto con los ajos, que ya estarán casi listos, sólo necesitan dorarse un poco junto a la carne.

Retira los ajos y la panceta de la sartén y resérvalos. Corta 1 rebanada de pan en trozos de tamaño similar a la panceta. Fríe los costrones a fuego medio hasta que queden bien dorados y crujientes, luego retíralos de la sartén y resérvalos.

Corta 1 chorizo en rodajas y fríelo en la sartén a fuego medio hasta que las rodajas estén doradas y bien cocinadas por dentro. Retira el chorizo y resérvalo junto a los demás tropezones.

Añade a la sartén 1 cucharada más de aceite de oliva virgen extra y deja que se caliente, pero sin que llegue a humear. Incorpora 150 g de harina de almortas y removiendo constantemente con una paleta, cocínala hasta que absorba bien el aceite y tome un color ligeramente tostado. Cuando la harina esté bien cocida, agrega 1 cucharadita de pimentón y remueve rápidamente para evitar que se queme.

Vierte poco a poco 700 ml de agua, removiendo constantemente para que la mezcla la vaya absorbiendo de manera uniforme. Añade sal al gusto y sigue removiendo hasta que las gachas espesen y tengan la textura deseada.

Sirve las gachas manchegas recién hechas con parte de los tropezones y deja el resto aparte para que cada comensal los añada a su gusto.

Consejos y trucos
Si prefieres unas gachas más ligeras, añade un poco más de agua durante la cocción. Así quedan más suaves y permiten disfrutarlas de otra forma: sopando con pan, lo que suma aún más tropezones a los que ya lleva la receta.
La tradición dice que se debe calcular una cucharada colmada de harina por comensal, más una extra por si se suma alguien a última hora. En cuanto al agua, se echa la que admita hasta lograr la textura deseada. Nosotros os dejamos una medida orientativa, pero podéis ajustarla a vuestro gusto.
Aunque el chorizo y la panceta son los clásicos, las gachas admiten otros productos del cerdo, como salchichas o morcilla. Cuanto más sabor tengan los tropezones, mejor quedará el plato.
No puede faltar el pimentón en las gachas. Puedes usarlo dulce, ahumado o incluso un toque de pimentón picante si te gusta un punto más intenso. Una mezcla de ellos también es una gran opción para darle profundidad al sabor.
Aunque lo normal es comerlas recién hechas, dejarlas reposar unos minutos ayuda a que terminen de espesar y se asienten los sabores. Eso sí, si se enfrían demasiado, se ponen más densas, así que lo mejor es encontrar el punto justo antes de servirlas.