Albóndigas con sepia, la receta tradicional catalana

Las albóndigas con sepia son un plato tradicional catalán, un ejemplo perfecto de la cocina de mar y montaña que combina en un solo guiso lo mejor de la carne y el pescado o marisco. Esta receta, aunque sencilla en su preparación, está cargada de sabores profundos y equilibrados que nacen de la unión de ingredientes tan distintos como las albóndigas de carne y la sepia.
Un elemento clave de este plato es la picada, una mezcla de frutos secos, ajo, perejil y a veces pan frito, que se añade al final de la cocción. Esta picada no solo espesa y da cuerpo a la salsa, sino que potencia y realza los sabores, aportando una profundidad única a cada bocado.
Las albóndigas con sepia son ideales para esos días en los que buscamos un guiso reconfortante y sabroso, perfecto para mojar pan. Tradicionalmente, se acompaña de patatas o arroz, que ayudan a absorber la rica salsa.
Índice de contenidos
Ingredientes

Para las albóndigas:
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500 gramos de carne picada (mezcla de ternera y cerdo)
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1 huevo
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3 cucharadas de pan rallado
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50 gramos de harina
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1 manojo de perejil
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5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
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sal
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pimienta negra molida
Para la picada:
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1 rebanada de pan
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1 diente de ajo
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40 gramos de almendras crudas
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1 manojo de perejil
Para el sofrito:
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1 sepia limpia (de unos 300 g)
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2 dientes de ajo
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1 cebolla
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1 cucharada de carne de ñora
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100 mililitros de tomate triturado
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100 mililitros de vino blanco
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1/2 litro de agua
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
15 m
Cocinado
60 m
Tiempo total
1 h 15 m
Informacion nutricional
Valor nutricional (*por ración)
Cantidad | % | |
---|---|---|
Energía | 485,1 kcal | 24,26% |
Proteína | 41,84 g | 55,79% |
Hidratos de carbono | 21,19 g | 7,71% |
Azúcares | 4,27 g | 8,54% |
Grasa total | 22,5 g | 28,79% |
Grasa saturada | 3,99 g | 21,83% |
Grasa polisaturada | 3,3 g | 30% |
Grasa monosaturada | 10,93 g | 24,84% |
Colesterol | 287 mg | 95,67% |
Fibra | 3,41 g | 11,37% |
Sal | 1,7 g | 34% |
Sodio | 0,54 g | 0,03% |
Calcio | 105,83 mg | 8,82% |
Yodo | 1 mcg | 0,67% |
Hierro (hombres) | 5,37 mg | 53,7% |
Hierro (mujeres) | 5,37 mg | 29,83% |
Alérgenos





Paso a paso
Para comenzar con las albóndigas con sepia, mezcla 500 g de carne picada (mitad ternera, mitad cerdo) en un bol. Añade sal y pimienta recién molida al gusto, 1 huevo, 3 cucharadas de pan rallado y un manojo de perejil picado.
Mezcla bien los ingredientes hasta obtener una masa homogénea. Con las manos ligeramente humedecidas, forma albóndigas del tamaño de una nuez (saldrán unas 16). Pasa las albóndigas por 50 g de harina, sacudiéndolas suavemente para eliminar el exceso.
Calienta 5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una sartén amplia y fríe las albóndigas hasta que estén doradas por fuera. No las cocines en exceso, ya que terminarán de hacerse en la salsa. Reserva las albóndigas en un plato.
Prepara la picada: en la misma sartén, fríe 1 rebanada de pan troceada junto con 1 diente de ajo partido por la mitad y 40 g de almendras crudas. Retira todo cuando esté dorado y machácalo en un mortero junto a un manojo de perejil picado. Reserva.
Para el sofrito, corta 1 sepia limpia (unos 300 g) en trozos pequeños. Rehógala en la sartén con un poco de sal a fuego fuerte durante 2 minutos, luego baja el fuego y deja que se cocine otros 10 minutos.
Mientras tanto, pica finamente 2 dientes de ajo y ralla 1 cebolla. Añade primero el ajo a la sartén con la sepia, y cuando comience a dorarse, incorpora la cebolla y una pizca de sal. Pocha la cebolla a fuego bajo hasta que quede bien dorada y reducida.
Añade 1 cucharada de carne de ñora y 100 ml de tomate triturado. Cocina el tomate a fuego medio hasta que esté bien concentrado. Luego, vierte 100 ml de vino blanco y sube el fuego para que el alcohol se evapore.
Incorpora las albóndigas al sofrito, vierte 1/2 litro de agua y ajusta de sal y pimienta. Cocina todo durante 10 minutos para que las albóndigas se impregnen de sabor. Añade la picada reservada, remueve bien, tapa la sartén y deja cocinar a fuego lento otros 5 minutos.
Sirve las albóndigas con sepia recién hechas, espolvoreadas con un poco de perejil picado, y acompáñalas con arroz cocido, patatas fritas y pan para disfrutar de toda la salsa.
Mezcla la carne picada con la sal, la pimienta, el huevo, el pan rallado y el perejil picado.

Forma albóndigas del tamaño de una nuez (unas 16) y pásalas por harina. Fríe hasta que estén doradas por fuera. Retira y reserva.

Para la picada fríe en la misma sartén el pan troceado con el diente de ajo partido por la mitad y las almendras crudas. Retira todo cuando esté dorado y machácalo en un mortero junto a un manojo de perejil picado. Reserva.

Para el sofrito, rehoga la sepia troceada con sal a fuego fuerte 2 minutos. Baja el fuego y deja cocinar 10 minutos. Añade el ajo y la cebolla picadas y sal. Pocha a fuego bajo. Añade la ñora y el tomate triturado. Concentra a fuego medio. Vierte el vino blanco y sube el fuego para evaporar el alcohol.

Incorpora las albóndigas, vierte el agua y ajusta de sal y pimienta. Cocina 10 minutos. Añade la picada, remueve, tapa la sartén y deja cocinar a fuego lento 5 minutos.

Sirve las albóndigas con sepia recién hechas con un poco de perejil picado y acompáñalas con arroz cocido, patatas fritas y pan para disfrutar de toda la salsa.

Consejos y trucos
Aunque lo más común es mezclar carne de cerdo y ternera para hacer las albóndigas, puedes optar por utilizar un solo tipo de carne según tus preferencias.
Tanto la ternera como el cerdo funcionan bien por separado, aportando diferentes matices de sabor. La ternera dará un toque más suave, mientras que el cerdo aportará más jugosidad.
Para hacer un plato más completo y equilibrado, puedes incorporar algunas verduras al guiso, como zanahorias en rodajas o guisantes. Estos ingredientes no solo añaden nutrientes, sino que también complementan el sabor del guiso al estilo de las albóndigas a la jardinera, aportando un toque dulce y fresco que combina muy bien con la sepia y las albóndigas.
Algunas recetas tradicionales utilizan lo que se llama la sepia sucia, es decir, la que conserva su melsa, una glándula interna que se puede aprovechar para intensificar el sabor del guiso.
Esta parte de la sepia aporta una riqueza única al plato y es una opción muy interesante si buscas un sabor más auténtico y profundo.
Como sucede con muchos guisos, las albóndigas con sepia suelen estar aún más sabrosas si las dejas reposar y las consumes al día siguiente. Los sabores se asientan y se integran mejor, por lo que es un plato ideal para preparar con antelación si buscas ahorrar tiempo y disfrutar de un guiso aún más delicioso.