¿Cómo quitar la tripa a los langostinos? ¡Truco para quitar el hilo negro sin pelarlos!
Quitar el hilo negro de las gambas

Tanto las gambas como los langostinos son dos de los mariscos más consumidos en nuestra gastronomía. Con fiel influencia de toda la costa que rodea la península y las islas, podemos ver langostinos hasta en las tapas más clásicas del centro de Madrid.
Unas gambas al ajillo para compartir en una terraza, unos buenos langostinos con ajo y limón en la mesa de Navidad o Nochevieja, unos originales rollitos de gambas y aguacate o incluso un plato de cuchara como los garbanzos con langostinos. ¿Alguna vez os habíais parado a pensar en lo versátiles que resultan estos crustáceos?
Se trata de un alimento rico en proteínas y bajo en grasa, por lo que resulta de lo más saludable e interesante para incluir en nuestra dieta.
Desde hace unos años atrás, ha tomado fuerza y protagonismo, sobre todo en fechas navideñas, una advertencia de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en la que recomiendan no comer la cabeza de los langostinos, así como aconsejar retirar también las tripas del crustáceo.
¿Qué es la tripa del langostino?
La tripa o intestino del langostino es el hilo negro que recorre su cuerpo. No resulta tóxico, ni es perjudicial su consumo, no obstante, en su interior puede darse el caso que tengan alimentos ingeridos por el crustáceo que no se hayan procesad del todo.
Dichos restos pueden alterar el sabor de la carne del langostino o gambas, así como puede dar un toque amargo a nuestros platos.
Además del sabor, el hilo negro es precisamente el que nos deja los típicos restos de arena en la boca cuando comemos este marisco, por mucho que lo limpiemos, ya que está guardad en su interior.
¿Dónde tienen las tripas los langostinos?
Las tripas las vemos al pelar el crustáceo en cuestión. Se tratan del hilo negro que vemos que recorre todo su cuerpo, desde la cola hasta la cabeza, en la parte que entenderíamos como la espalda del langostino o gamba.
Su textura es blanda y con cierta viscosidad, suficientemente resistente para retirarla estirando sin que se rompa. ¡Os explicamos a continuación cómo quitar ese hilo negro de los langostinos!

¿Cómo se quita la tripa a los langostinos?
Os enseñamos a quitar la tripa de los langostinos pelados o sin pelar. En ambos casos el hilo es más sencillo quitarlo antes de cocer los langostinos o prepararlos al horno, a la plancha, en salsa... como más gustéis.
Quitar la tripa de los langostinos sin pelar
Con el langostino sin pelar en la mano, todavía crudo in cocinar, vamos a doblarlo de manera que quede en su posición curva natural.
Con ayuda de un palillo o imperdible, cuenta desde la cabeza el segundo pliegue en la cáscara de la espalda del langostino. En esa zona es más blanda, por lo que aprovecharemos a sacar el hilo por ahí.
Rompe la telilla del exterior con el palillo para poder acceder a la carne y evitar que al sacar la tripa se rompa. Procura hacer una apertura suficientemente ancha, aunque por el tamaño comprobaréis que tampoco será muy grande.

Con el agujero hecho en la cáscara, pasa a buscar con el palillo la tripa que está algo más profunda. Introduce el palillo en la carne atravesándola de laso a lado a lo ancho (no demasiado profundo) y tira hacia fuera de manera que arrastres el hilo negro como si fuera el palillo una palanca.
Una vez parte del intestino fuera de la cáscara, estira suavemente con los dedos para extraerlo con completo, con cuidado de no partirlo y romperlo.
¡Verás que con un poco de práctica será muy sencillo!
Quitar la tripa de los langostinos pelados
Lo primero será pelar los langostinos. Es sencillo hacerlo con las manos aún estando crudos, pero si queréis, podéis ayudaros de un cuchillo si os es más sencillo. ¡No hay una técnica única y exacta!
Con el langostino o gamba ya pelada, puedes hacerlo de dos maneras:
La primera consiste en atravesar con un palillo la parte superior de la carne y tirar hacia arriba, hasta fuera, de manera que el palillo actúe como una clase de palanca donde se enganche en hilo. Una vez fuera, estira con delicadeza para que no se parta, y verás que sale prácticamente solo en toda su largura.

La segunda consiste en hacer un corte superficial a lo largo del langostino, de manera que abramos el paso directo al hilo y sea mucho más accesible con los dedos mismos.
En esta técnica, os recomendamos tener un poco de cuidado y, hasta coger el truco, no profundizar demasiado con el cuchillo para no cortar o romper el intestino.
¡No tires las cáscaras ni las cabezas! Aprovéchalas al completo para potenciar el sabor de tus caldos caseros, como el fumet o el caldo de marisco. Quedará riquísimo para intensificar y hacer más sabrosos todavía tus platos de arroz, cremas y sopas, así como salsas para pescado.