¿Cuáles son los mejores quesos para hacer una tabla de quesos?
Tablas de quesos originales

Si como a nosotras os encanta el queso, seguro que alguna vez habéis pensado en preparar una tabla de quesos variada para poder disfrutar de muchos tipos a la vez.
Perfecto para una noche informal junto con panecillos y un buen vino, así como para servir en ocasiones especiales como Navidad o Nochevieja, hacer la tabla de quesos en casa es muy sencillo ¡y rápido!
¡Vamos paso a paso! Lo primero es elegir qué quesos van a formar parte de nuestra tabla, así que os dejamos una pequeña guía de quesos.
Seguido, aprendemos a cortar dichos quesos según su tipo y textura y, como truco extra, os dejamos con los mejores utensilios para cortar cada uno y que quede perfecto el corte.
Por último, veremos con qué podemos acompañar la tabla de quesos, ya sea embutidos, como otras muchas más opciones que supondrán todo un acierto el incluirlas.
¿Cuáles son los mejores quesos para una tabla?
Lo primero y más importante, ¡elegir los quesos para nuestra tabla!
Lo ideal es combinar tipos de queso muy diferentes entre sí según su textura, sabor, curación, aroma, intensidad y hasta el tipo de leche con el que esté hecho.
Depende el tamaño de nuestra tabla, podremos incluir más o menos tipos de quesos. Si queréis preparar una tabla de quesos sencilla, con unos cuatro o cinco quesos diferentes quedará genial.
Lo mejor es ofrecer en la tabla una variedad que incluya prácticamente todos los tipos que os mencionábamos antes. No suelen faltar un buen queso curado, un queso tierno, queso azul, queso ahumado, queso brie para untar, queso de cabra... y si queréis darle un toque más original no dudéis en incluir queso parmesano, gorgonzola, queso fresco o el queso Burrata que tan de moda está actualmente.
Obviamente, podéis adaptar los quesos totalmente a vuestro gusto y aunque lo más común sea ofrecer una variedad así, podéis especializar vuestra tabla en un tipo de queso, por ejemplo, en quesos curados o quesos italianos. ¡A vuestro gusto!

Nuestra recomendación para hacer tablas de quesos sería:
- Queso curado y semicurado
- Queso tierno (queso edam o queso de tetilla, por ejemplo)
- Queso azul
- Queso de cabra
- Queso brie
- Parmesano
- Queso ahumado
- Queso fresco (opcional)
Cómo hacer una tabla de quesos
Una vez has elegido el queso, toca prepararlo para que, a la vez que resulte cómodo para comer, ¡luzca como el mejor manjar en la mesa!
Como truquito, sabed que el frío de la nevera hace que se pierda el sabor, aroma y textura real del queso, así que, para disfrutarlo en su mejor versión, saca los quesos (ya sea la tabla montada) de la nevera mínimo una hora antes de servir.
¡5 minutos no son suficientes! Deja que se templen bien para poder disfrutar de todos sus aromas y su mejor textura.
Ahora sí, ¡vamos a ver cómo se corta cada tipo de queso para no romperlos o destrozarlos! ;)
Deberemos tener tan en cuenta su textura y dureza, como su forma y tamaño, pues para todos utilizaremos la misma técnica.
El sabor también puede ser un determinante a la hora de decidir el corte, así pues, quesos semiduros o duros es mejor cortarlos en láminas finas, así como los quesos secos pueden servirse directamente en virutas en lugar de troceado dado su intenso sabor.
Los quesos de pasta más blandos, ya sean redondos o cuadrados, entre los que incluimos también los quesos enmohecidos, los cortaremos en trozos pequeños. Si son redondos, en triángulos, ¡como si fueran una tarta!
Los quesos de forma cilíndrica o forma de barra, como suele ser el queso de cabra, córtalo en rodajas no muy gruesas, ¡pero tampoco delgadas! De alrededor de medio centímetro estarán bien.
Si el queso tiene forma de bola, al estilo del clásico queso Edam, córtalo en cuartos o en dados para comer con un palillo. Puedes presentar un cuarto del queso entero, una manera muy sencilla de identificarlo y cortar después más si fuera necesario, y al lado de éste, colocar el mismo queso en forma de dados.

Con qué cuchillo cortar cada queso
Una vez claros los cortes, podemos hacerlo en cualquiera de los casos con un cuchillo para quesos. Con un cuchillo común, ¿a quién no le ha pasado alguna vez el haber cortado el queso brie, por ejemplo, y que el resultado haya sido un desastre? Aplastado y sin forma, ¡vamos a ver cómo evitar esto! A veces el tipo de utensilio o cuchillo puede facilitarnos bastante la tarea.
Los quesos duros o extraduros pueden desmigarse en el proceso, ¡así que cuidado y paciencia! Para este caso lo mejor será usar un cuchillo pequeño y corto, de los que tienen forma de almendra. Hinca la punta en el queso y haz palanca hacia abajo para cortarlo sin romperlo.
Si el queso es especialmente grande, ¡olvídate de los cuchillos! Utiliza mejor un filamento de alambre. Marca en la corteza del queso por dónde quieres el corte y hazlo con un movimiento rápido con el alambre para que quede lo más liso posible.
Los quesos enmohecidos, así como el queso de pasta blanda o el queso en rollo suelen tener una textura semidura que con el calor se reblandece. El truco será cortarlos directamente recién sacados de la nevera para dejarlos templar una vez hecho el corte.
Suelen ser también quebradizos, así que el filamento de alambre será también una muy buena opción para cortar este tipo de queso. Podéis utilizar un arco, mucho más sencillo al estar el alambre sujeto en un soporte. ¿Conocíais este utensilio?
Para los quesos de pasta dura o quesos de corte rígido, lo mejor es utilizar la espátula quesera. En su defecto y en caso de quesos más grandes, podéis utilizar también un cuchillo ancho, si está grabado mejor para evitar que el queso se pegue a su filo.
Con qué acompañar una tabla de quesos
Buena entendedora sabe que el queso no se puede servir solo, ¡sino que acompañado siempre sabe mejor! Con nuestra mejor selección de quesos sobre la tabla, vamos a darle un poco de gracia y sabor.
La clave está en jugar con los contrastes de sabores para intensificar cada aroma y disfrutar de cada bocado como una explosión de sabor diferente. Seguramente, habréis visto los acompañantes más comunes: pan, uvas, membrillo, nueces y encurtidos, ¡pero hay muchas más opciones!

Un imprescindible, los panecillos, galletas saladas o pan rústico en rodajas, que sea del bueno, del pan de pueblo de hogaza.
Como frutos secos las nueces son un acierto seguro, pero si queréis preparar una tabla de quesos original, repartir algunos pistachos, almendras o avellanas, ¡veréis como triunfan!
Las aceitunas son otro de los grandes clásicos y es que un buen encurtido siempre encaja genial en este tipo de tablas. Podéis ofrecer también mini pepinillos, cebolletas o alcaparras, depende el gusto de cada uno.
¡La fruta fresca es prácticamente un obligatorio! Las uvas son las más comunes, pero os animamos a que probéis con los higos o hasta peras troceaditas. ¡Se nos hace la boca agua!
Las frutas deshidratadas también son muy buena opción por su sabor concentrado. Unas pasas, orejones u otro tipo de fruta seca le irán genial.
¡Tampoco pueden faltar las mermeladas o la miel! A las que nos gusta combinar dulce con salado, os aseguramos que no perdonamos la ausencia de éstas. ;) Las mermeladas de frutos rojos o la mermelada de membrillo ¡son apuestas seguras!
Y como no, los embutidos no podían faltar entre los mejores acompañantes de las tablas de queso.
Tabla de quesos y embutidos
La clave de una buena tabla de embutidos y queso está en la calidad del producto. No pueden faltar el jamón ibérico, el salchichón, el lomo y el chorizo también ibéricos.
Si buscáis un sabor más fresco y ligero, probad con añadir algunas lonchas de pechuga de pavo o jamón cocido. Sus versiones trufadas, con aceitunas o a las finas hierbas le darán un sabor que combinará perfecto con cualquier selección de quesos.
¿Con qué vino acompañar una tabla de quesos?
Termina de preparar tu tabla de quesos acompañándola con una buena botella de vino, pero ¿cuál elegir? ¡Pues para gustos!
El vino tinto y los vinos blancos fermentados de sabor más intenso van mejor con los quesos curados, entre los que resaltaríamos los quesos de oveja.
No obstante, el vino blanco y la sidra son un gran acompañante de los quesos suaves y tiernos.