Cómo congelar distintos alimentos para conservarlos durante mucho más tiempo

Cómo congelar distintos alimentos para conservarlos durante mucho más tiempo

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Por Cocinatis, 3 de septiembre de 2020

Descubre qué alimentos se pueden congelar y cómo hacerlo correctamente dependiendo del tipo de alimento

Hay alimentos que toleran bien el proceso de congelación de modo que podemos aprovechar para conservarlos durante mucho más tiempo. Sin embargo, la mayoría deben ser cocinados o debemos cumplir ciertos requisitos si no queremos que se estropeen en el proceso.

Por el contrario, muchos otros alimentos pierden tanto la textura, el sabor e incluso, pueden llegar a estropearse al someterse a tan bajas temperaturas. Por lo que se recomienda su conservación por otro tipo de métodos.

Repasamos qué alimentos pueden guardarse en el congelador y qué debemos hacer para su correcta conservación.

¿Qué alimentos se pueden congelar y cómo?

Verduras, lácteos e incluso frutas, ¡descubre toda la variedad de alimentos que podemos congelar y cómo hacerlo! 

Cómo congelar las distintas verduras

A excepción de las verduras para comer en crudo, como pueden ser la lechuga, las demás verduras que vayamos a cocinar toleran muy bien este proceso, siempre que las escaldemos o las cocinemos previamente. Introduce siempre cualquiera de estos alimentos en envases herméticos o bolsas especiales para que no se estropeen con el contacto directo del frio.

La coliflor, la berenjena, el brócoli y el calabacín son los grandes ejemplos de verduras que sin congelar no duran más de una o dos semanas en el frigorífico. Sin embargo, si las escaldamos para después congelarlas, podemos alargar su conservación hasta los 12 meses.

Para escaldar estas verduras, introdúcelas en el agua hirviendo (sin sal) durante unos pocos minutos. Retira del agua e introdúcelas inmediatamente en agua fría para cortar la cocción. Eso sí, aseguraos de secar las verduras (dentro de lo posible) antes de congelarlas para evitar que se cristalicen y se rompan en el congelador.

  • Berenjena: Agrega unas gotas de zumo de limón al agua hirviendo para evitar que la berenjena se ennegrezca e introdúcela cortada en láminas o rodajas en el agua hiriendo un par de minutos antes de cortar la cocción.

    Tarta taín de berenjena, tomate y piñones

  • Brócoli: Se recomienda siempre comer el brócoli al dente, por lo que es un alimento que no deberíamos cocinar demasiado. Lo escaldamos tan solo entre 2 y 3 minutos tanto para disfrutarlo en el momento, como para congelarlo.

  • Coliflor: En caso de la coliflor bastaría con escaldarla entre 2 y 3 minutos, teniendo en cuenta el tamaño de las porciones en la que la hayamos dividido.

  • Calabacín: Al ser una textura algo más blanda, os recomendamos que solo lo escaldéis 1 minuto, tiempo que puede reducirse dependiendo del tamaño y forma que se corte, ya sea en láminas, troceado o en dados.

    Calabacín crujiente

  • Acelgas y espinacas: Las verduras de hoja verde se pueden congelar siempre que estén previamente cocinas, para evitar que las hojas se estropeen. Limpia las acelgas antes de escaldar y sumérgelas en el agua durante 2 o 3 minutos. Al tratarse de un alimento más delicado, os recomendamos añadir hielos al agua para cortar la cocción de manera más rápida y eficaz.

 


La calabaza, perfecto para cremas y muchas recetas más

Crema de calabaza

En alimentos como la calabaza en la que distinguimos distintas variedades, debemos tener en cuenta tanto el tipo como su composición.

Dentro del mundo de las calabazas se dividen principalmente entre las de invierno (con una menor cantidad de agua) y las de verano (con una piel mucho más fina). En cuanto a las de invierno, al contar con una piel gruesa, pueden durar hasta 6 meses sin necesidad de congelación.

En caso de las de verano, su conservación natural es muy corta. Con una mayor cantidad de humedad, su textura y sabor se pierde si la congelamos sin cocinar previamente. Por eso os recomendamos que la cocinéis para luego congelar. Aún así, solo se mantendrá en buen estado durante un mes escaso.


Setas y champiñones

Champiñones crujientes

En cuanto a las setas y champiñones, podemos alargar su conservación de unos pocos días a los 12 meses. Eso sí, debemos cocinarlos previamente para que no pierdan tanto la textura como el sabor.

En este caso, es preferible hacerlos al vapor antes que escaldados, con objeto de que absorban una menor cantidad de agua.

Si decidimos congelarlos enteros, el tiempo al vapor será de unos 5 minutos. Si decidimos congelarnos en láminas o troceados, bastará con unos 3 minutos. Controla bien el tiempo y deja que se enfríen sobre un colador para que suelten tanta humedad como sea posible. Antes de congelarlos asegúrate que estén completamente fríos y sécalos con papel absorbente para retirar la humedad que quede en la superficie.



Pollo, uno de los grandes imprescindibles

Muslos de pollo al horno con patatas

El pollo es uno de los alimentos más comunes que conservamos habitualmente en nuestro congelador. Podemos guardarlo durante un año entero en buen estado siguiendo estos pequeños consejos.

En caso de guardarlo troceado, puede que el tiempo de conservación no llegue al año, siendo reducido alrededor de los 9 meses.

Para guardarlo correctamente, seca y limpia bien la carne antes de congelarla. Retira el exceso de grasa y cúbrelo con papel film o introdúcelos en envases herméticos. Además, es recomendable utilizar separadores individuales o conservar las pechugas en envases diferentes.

  • Carnes grasas: Debemos tener presente que el tipo de congelación correcta de la grasa es un proceso lento en el que se guarda una temperatura muy baja. Durante el proceso común en nuestras casas las partes grasas de la carne reaccionan mal, haciendo que una vez descongelamos la carne, su sabor se deteriore afectado también a la parte magra. Por eso es recomendable, que en caso de querer congelar carnes grasas, como el jamón, se retire previamente la parte del tocino.

 

Todo tipo de pescados

Bacalao con salsa de almendras

En general se pueden congelar todo tipo de pescado, aunque algunos tipos resultan ser más delicados ante este proceso; por ejemplo, pescados como el bacalao, el salmón y el abadejo se recomiendan que no se conserven en el congelador durante más de un mes. 

Para congelar el pescado correctamente es preferible hacerlo envasado al vacío, pero sabemos que no es lo más común. Por lo que con cubrirlo bien con una bolsa, papel film o introducido un envase hermético bastaría. El caso es que no esté contacto directo con el oxígeno para no deteriorar su perfecta congelación. En caso de tratarse de pescados curados o salados lo más recomendable es desalarlos e hidratarlos previamente. 

Para descongelar el pescado os recomendamos evitar los métodos más extendidos como sumergirlos en agua, ya que pierde gran valor nuitricional en dichos procesos. Debemos dejar descongelar en la parte baja de la nevera durante unas 12 horas. Es un proceso lento, pero el que mejor tratará la carne del mismo. 

 

Leche, mantequilla y nata líquida

Leche

Productos lácteos, como la leche o la nata líquida, pueden conservarse en el congelador sin problema. Recordad que a la hora de congelar líquidos, es muy importante dejar un espacio de aire en la botella para evitar que se rompa al crecer el contenido durante su solidificación.

En caso de la leche y la nata líquida, el aspecto cambiará en el congelador confiriéndolo de un aspecto muy poco apetecible al separarse el contenido graso. 

Es de gran importancia descongelar este tipo de productos en el frigorífico, ya que a temperatura ambiente puede cortarse y estropearse. Según vaya recuperando su textura habitual, remueve para que los componentes vuelvan a mezclarse.

Tened presente que el aspecto una vez pasado por este proceso no será el mismo, pero podemos aprovecharlo para la elaboración de otras muchas recetas como bizcochos y tartas.

Mantequilla

Los productos lácteos como la mantequilla son muchos más sencillos de congelar. Solo debemos cubrirla adecuadamente o introducirla en un envase hermético con tal de que no absorba olores ajenos. Es un proceso muy práctico no tan solo para su conservación, sino que en recetas en las que se requiere la mantequilla muy fría. En dichas recetas, no tendremos más que rallarla directamente sacada del congelador.

En caso de querer descongelarla solo tendremos que dejar que se caliente a temperatura ambiente, sin necesidad de guardarla en el frigorífico. Es cierto que las mantequillas comerciales se conservan durante largo tiempo, pero el congelarlas puede ser mucho más interesante para las artesalnales

 

Frutas

En general todas las frutas pueden ser congeladas, siendo los frutos rojos y los plátanos los más agradecidos en este proceso. De forma general, el aspecto y textura de las mismas se verán alteradas una vez las exponemos a tan baja temperatura; con excepción de los frutos rojos, los plátanos y los cítricos. La fruta natural congelada puede conservarse hasta 11 meses.

El congelar la fruta es una técnica muy recurrida a la hora de hacer helados de fruta caseros, en los que se tritura la fruta dura y muy fría en la elaboración de los mismos. 

  • Plátano y aguacate: Frutas como el plátano o el aguacate son ideales para una vez descongelados utilizarlos en recetas donde no se requiera guardar su aspecto inicial. Es así, que por ejemplo, se puede aprovechar el aguacate descongelado para hacer unas tostas, de modo que es mejor que lo machaquemos para untarlo.

    Tostas de queso, aguacate y salmón

  • Naranjas, limones y limas: Otras de las frutas más fáciles de congelar son los cítricos. Comúnmente se conservan separados por gajos sin piel, pero ¡no deseches! ya que también se puede congelar en tiras o rallada para añadir posteriormente a otras muchas recetas.

    Para congelar los cítricos, extiende en una fuente los gajos y una vez estén congelados sepáralos en bolsas o envases herméticos.

    Naranja

  • Manzanas y membrillos: Otras frutas como las manzanas son menos agradecidas cuando las exponemos a temperaturas tan bajas. De manera, que en caso de querer congelarlas, os recomendamos que las cocinéis antes para evitar que se oxiden.

    Membrillos

  • Melocotón, albaricoques y ciruelas: Para congelar este tipo de fruta necesitaremos una cobertura de azúcar o almíbar. Para ello, cortamos primero las frutas y las dejamos secar para evitar el exceso de humedad. Cubre las frutas con azúcar y en caso de querer utilizar almíbar, añade también unas gotas de zumo de limón. 

    Melocotón en almíbar