La tostada de jamón con café que nadie vio venir (y que sabe brutal)
Curiosidades
Una combinación sorprendente que potencia el sabor del jamón ibérico
Sí, hay una nueva receta que lo está petando en redes y esta vez no tiene aguacate, ni matcha, ni semillas impronunciables. ¡Tiene algo mucho más nuestro! Jamón ibérico, café y una tostada. Y sí, la mezcla suena rara, pero está revolucionando Instagram y TikTok tanto con gente a favor, como escépticos a la mezcla. Pero ya te adelantamos que, según las que ya la han probado y han subido su reacción a las redes, «el jamón sabe más a jamón que nunca» de esta manera.
Todo empieza con un vídeo del experto jamonero @victor_sanchego_jamon que desmonta una de las tradiciones más sagradas del desayuno español: echar aceite de oliva a la tostada con jamón está mal, asegura. ¿Su argumento? El aceite no potencia el sabor del jamón… ¡sino que lo apaga! Y ahí es cuando entra en escena el café como un maridaje inesperado, pero perfecto.
Perfiles como el de @caminomchef11, han subido su propia reacción al probar esta combinación, confirmando que «el sabor es flipante». Desde entonces, el vídeo de victor ya supera los 100K de me gusta en Instagram y casi 200K en Tiktok.
Si te pica la curiosidad y quieres saber si esta mezcla funciona, porqué con aceite no, cómo se hace y si de verdad sabe mejor que la receta de toda la vida, ¡aquí te lo cuento todo!
La tostada de jamón con café sabe mejor
La explicación de Víctor tiene sentido (y bastante gracia). «La grasa del jamón ibérico contiene más del 60% de ácido oleico, igual que el aceite de oliva», explica, por lo que, cuando juntamos dos ingredientes con la misma base grasa, en vez de potenciarse, se neutralizan.
Vamos, que llevamos toda la vida echando aceite a nuestras tostadas de jamón pensando que es la mejor combinación, pero realmente estamos perdiendo sabor sin darnos cuenta siquiera.
El café, en cambio, aporta amargor, aroma seco y potencia. Como explica el maestro jamonero, actúa igual que esos granos de café que te dan en perfumerías cuando hueles demasiados perfumes, «te resetea el olfato». En cocina funciona igual y es que limpia la grasa del paladar y nos permite apreciar mucho más de su sabor e intensidad.
Cómo se prepara la tostada más viral de jamón
Vale, ahora vamos al lío. El proceso es de lo más sencillo y no lleva mucho tiempo, pero sí que tiene un par de truquitos y matices que conviene tener en cuenta. Tanto para su sabor, como para evitar sustos eléctricos que algunos comentarios han recordado a otros usuarios.
Ingredientes
- Pan al gusto
- Café solo caliente (sin azúcar)
- Piel de naranja
- Jamón ibérico de calidad
Cómo preparar una tostada de jamón y café
- Prepara un café solo y viértelo en un cuenco o recipiente suficientemente amplio donde entren las tostadas.
- Añade un poco de piel de naranja al gusto. Le dará un aroma ligero y cítrico muy interesante.
- Mete el pan en el café, literalmente. «Vuelta y vuelta», como dice Víctor.
- Ojo con este punto: si vas a usar tostadora, asegúrate de que el pan no está chorreando. Más de uno en comentarios avisaba de que «cuidado con la descarga si lo metes mojado». Ante la duda, lo mejor es hacerlo en sartén o, si tienes, en una tostadora horizontal. Tuesta hasta que quede crujiente por fuera y tierno por dentro.
- Añade el jamón ibérico sobre la tostada de café. Algunos recomiendan ponerlo picado para que «no se venga toda la loncha en el primer bocado».
El resultado es el de un sabor más intenso, más puro y equilibrado. Como que el jamón sabe mucho más a jamón.
¿Por qué funciona esta mezcla tan rara? La explicación científica
La magia de esta combinación es química culinaria básica. Victor lo explica de lo más sencillo y claro en su vídeo: «Añadir aceite de oliva en nuestra tostada de jamón ibérico es como si a una tarta de chocolate le echas azúcar por encima».
Y es que, la gran cantidad de ácido oleico presente tanto en el jamón como en el aceite consiguen el efecto contrario, ya que se restan sabor entre sí. Es en el contraste donde los sabores resaltan y resultan más intensos. Y ahí es, precisamente, donde entra en juego el café.
El café aporta ese contraste que buscamos. Es amargo con un aroma que nos resetea el gusto en cada bocado, haciendo que nuestra percepción del sabor del jamón aumente y nos resulte mucho más intenso y delicioso.
Es el mismo principio que usar vino tinto con carnes grasas o añadir encurtidos a embutidos intensos. Conseguimos contraste, realzar matices y un sabor más nítido.
Si te gustan las clásicas tostas de jamón como la Pa amb tomàquet (pantumaca) y siempre tienes esa inquietud o curiosidad por probar sabores nuevos, esta es de las que hay que probar al menos una vez. No sustituye a la tostada clásica, pero sí que nos enseña algo interesante y es que, a veces, lo que creemos tradición es simplemente una costumbre heredada y reinventarla nos puede dar una agradable sorpresa. ;)