La Ley contra el desperdicio alimentario: ¿Por qué es hora de decir basta?

Qué es y a quiénes afecta la Ley de desperdicio alimentario

El desperdicio de comida en España durante el año 2022 fue de 65 kilos por persona
El desperdicio de comida en España durante el año 2022 fue de 65 kilos por persona

En España, durante el año 2022, cada persona tiró la friolera de 65 kilos de comida a la basura. Lo que equivale a más de mil millones de kilos de alimentos desperdiciados durante dicho periodo en todo el país.

Ante este problema que no sólo afecta al bolsillo, sino que también al medio ambiente, el Congreso ha aprobado la Ley de prevención de las Pérdidas y el desperdicio alimentario. La normativa ha entrado en vigor este pasado enero de 2025 bajo la promesa de cambiar la forma en la que consumimos y gestionamos los alimentos.

Esta ley se presenta como una obligación legal, pero también supone una oportunidad para transformar nuestros hábitos y contribuir a un futuro más sostenible. Desde bares y restaurantes, hasta supermercados y hogares, todos tenemos un papel en esto, en mayor o menos medida, que cumplir.

La normativa establece medidas claras para reducir el desperdicio, desde la fomentación de la economía circular, hasta la sensibilización de la ciudadanía sobre la importancia de consumir de manera responsable. ¡Te lo explicamos por pasos!

Con su implementación, España se posiciona como líder en Europa en la lucha contra el desperdicio de alimentos.

¿Qué implica la ley contra el desperdicio alimentario para bares y restaurantes?

En caso de ser dueña o dueño de un bar o restaurante, ¡es hora de adaptarse!

Esta nueva medida reconoce el derecho de los clientes a llevarse las sobras de su comida sin coste adicional, utilizando siempre envases reutilizables, reciclables o que se ajusten a las normas actuales para la reducción del uso de plásticos desechables. Los restaurantes están obligados a informar sobre esta posibilidad en sus catas o menús.

Los bufets libres quedan exentos de cumplir este punto dado su tipo de servicio.

También se fomenta la donación de alimentos a organizaciones sin ánimo de lucro. Son los negocios de hostelería y restauración de más de 1.300 metros cuadrados los que están obligados a firmar estos acuerdos con organizaciones sin ánimo de lucro u otras entidades.

Deben donar los alimentos que no se venden y que aún están en buen estado para minimizar la comida que es desechada diariamente. Una medida que también fomenta el cuidar de los que más lo necesitan y no cuentan con los recursos necesarios.

¿Y qué pasa con los supermercados?

Dentro de las nuevas responsabilidades, los comercios de alimentación con más de 400 metros cuadrados quedan sujetos también a la obligación de promover la venta de productos sin embalajes, a granel o con envases reutilizables.

Se busca reducir el desperdicio alimentario, al mismo tiempo que se limita el consumo de envases de un solo uso tan perjudiciales para el medio ambiente.

En Hogarmania nos exponen los años que tardan en descomponerse objetos comunes como estos, llegando a tardar, por ejemplo, una bolsa de plástico entre 150 y 300 años en degradarse. ¿Lo sabías?

Se les debe dar prioridad de venta a los alimentos más cercanos a su fecha de caducidad o los que tengan pequeñas imperfecciones en lugar de desecharlos como viene siendo la práctica más común hasta el momento. Así como también se fomentarán los productos locales y de temporada por su importante menor impacto medioambiental.

Supermercado
Supermercado

La Ley contra el desperdicio alimentario en los hogares

Aunque la ley, es cierto, que se centra en empresas y establecimientos, nosotras, como consumidoras, también nos vemos afectadas.

Más allá de las medidas oficiales, por nuestra parte podemos contribuir contra el desperdicio de comida con algunos trucos y un poco de organización:

  • Planifica el menú para no comprar de más: ¿Cómo planificar un menú semanal familiar?  
  • Almacena correctamente los alimentos para que no se estropeen. Congelar alimentos es muy buena opción también.
  • Aprovechando las sobras de manera creativa. ¡No tires comida a menos que esté en mal estado!
  • Aprende a diferencias la fecha de caducidad y la de consumo preferente: La fecha de caducidad marca hasta cuándo es seguro consumir un alimento, mientras que la de consumo preferente indica hasta cuándo mantiene su mejor sabor y textura, pero sí se puede comer después sin problema si está bien conservado.

Es importante saber interpretar las etiquetas de los alimentos y conocer aspectos como estos, ya que están obligados a poner una fecha y de ahí viene la fecha preferente en productos incluso no perecederos como puede ser la miel.

Penalización por incumplimiento

La nueva Ley contra el Desperdicio Alimentario también establece una serie de sanciones económicas para quienes no cumplan con las obligaciones marcadas para cada tipo de negocio y establecimiento.

Dichas multas suponen desde 2.000 euros en casos leves, hasta los 500.000 euros en caso de infracciones graves o muy graves.

‍Entre las infracciones leves encontramos asuntos como estos:

  • No respetar el orden establecido para reducir el desperdicio
  • No donar comida en buen estado cuando se está obligado a hacerlo y se tienen los medios, así cómo no justificar adecuadamente su incumplimiento.
  • Poner cláusulas en contratos que impidan la donación alimentos.
  • Pasar por alto las buenas prácticas recomendadas.
  • No colaborar con las autoridades a la hora de medir y registrar los residuos generados.‍

Y entre las infracciones graves:

  • No tener un plan de prevención en caso de estar obligado.
  • Destruir o desechar alimentos todavía aptos para su consumo.
  • No repartir las donaciones de forma equitativa y discriminar a la hora de repartirlas.

Si una empresa acumula varias infracciones leves en un plazo de dos años, esas faltas se consideran una infracción grave y se aplicarán sanciones acordes a este grado.

De la misma manera, las infracciones graves pasan a considerarse muy graves en los casos en los que se repita una falta grave en ese mismo plazo de tiempo, dos años.

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